Desde agosto de 2021 hasta la fecha, el mayor clúster del Centro de Cómputos de Alto Desempeño (CCAD) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) ejecutó un total de 44.580.163 horas-core, con un valor de US$ 0.01 cada una. Es decir que en 22 meses la supercomputadora Serafín produjo US$ 445.801,63 y superó ampliamente su costo de compra que fue de US$ 386.000.
Más allá de la cuestión numérica, el balance expone que, si se tiene en cuenta que el tiempo de vida útil promedio de estos equipos es de cinco años, Serafín tendrá tiempo de sobra para generar beneficios que superen la inversión inicial y sus costos de funcionamiento. A menos de dos años desde que Serafín comenzó a operar ya alcanzó los 100.000 trabajos ejecutados, lo que pone en evidencia que los recursos están siendo explotados al máximo de su capacidad.
“La cifra es muy significativa porque en poco tiempo ya tenemos amortizado el costo de compra del equipamiento según el uso. Esto es sin dudas una buena noticia, quiere decir que estamos usando Serafín a pleno, ya recuperamos la inversión inicial y se está produciendo más, uno de los principales objetivos que nos habíamos planteado”, aseguró Nicolás Wolovick, director del CCAD-UNC.
“Una herramienta invaluable”
La supercomputadora se obtuvo a través del Programa de Adquisición de Grandes Equipos (PAGE) que instrumenta la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la UNC y comenzó a funcionar en agosto de 2021. Con el arribo de Serafín, durante la gestión del entonces rector Hugo Juri, la UNC se posicionó como la institución científico-educativa con mayor potencia de cálculo destinado a la investigación de todo el país.
Para Wolovick, tener este equipamiento en la UNC significa una herramienta invaluable para la investigación científica ya que “es una máquina que permite grandes simulaciones por su tamaño y por ser más rápida tanto en capacidad de cálculo como de almacenamiento. En este momento tiene 60 nodos y en breve la vamos a ampliar a 64, tiene almacenamiento de 200 terabytes de altísima velocidad y una red de interconexión también de altísima velocidad”, detalla.
El director del CCAD remarcó que a la utilidad que se le da a Serafín desde Córdoba se suma un importante número de personas usuarias que pertenecen al sistema científico tecnológico nacional del resto del país.
“Entre un 15% y un 20% de los trabajos ejecutados por la supercomputadora pertenecen a investigadores e investigadoras del resto de Argentina lo que nos permite tener más vinculación y, lo más importante, posicionarnos como centro de referencia por la calidad de los servicios que ofrecemos y la atención a las personas usuarias”, especificó.
Además, desde el Centro de Cómputos de Alto Desempeño se promueve un uso tecnológico y de vinculación con el sector productivo. Es el caso de Y-TEC, empresa con la que se firmaron convenios y hay prestación de servicios arancelados que ayudan a recuperar la inversión inicial.
Múltiples usos
El abanico de proyectos que aprovechan la capacidad de cálculo de este equipamiento resulta insondable, tanto como la variedad de campos disciplinares que se benefician en el uso de estas tecnologías.
Entre otros, Serafín permite realizar simulaciones en física de los materiales, el desarrollo de nanotecnología para energías alternativas, el estudio de las ondas gravitacionales, el desarrollo de biosensores, de compuestos de interés farmacológico y de sistemas antimicrobianos para tratar patologías infecciosas.
También puede aplicarse para el aprendizaje automático, el big data aplicado a redes sociales, el estudio de dinámicas a gran escala del universo y la evolución de las galaxias, así como para la estimación de modelos de datos de panel en economía y la construcción de indicadores compuestos para evaluar el desempeño económico y financiero.
Fuente: UNC.
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