Periferia

24 de Noviembre de 2021

La CONAE prueba en la Antártida un dispositivo de telemedicina para astronautas

El organismo y la Estación Espacial Europea trabajan en el diagnóstico remoto de personas que integran misiones de exploración del espacio en condiciones extremas de aislamiento.

Una delegación de la Agencia Espacial Europea visitó a la Argentina para avanzar con el desarrollo de un proyecto que apunta a diagnosticar de manera remota a las personas que participan en misiones de exploración del espacio, en condiciones extremas de aislamiento. La agencia espacial argentina participa junto a otras instituciones como la DNA/IAA de Cancillería y la UCA, con actividades en las bases Belgrano II y Carlini. 

El proyecto biomédico se denomina “Tempus Pro”, y es desarrollado por la Agencia Espacial Europea (ESA) para diagnosticar de manera rápida y remota a los astronautas que participan en misiones de exploración del espacio y que están expuestos a condiciones extremas.  

Esta semana, una delegación de profesionales de la ESA visitó nuestro país para avanzar en esta iniciativa y fortalecer éstas y otras líneas de cooperación con la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y otras instituciones, y hoy se reunirán con le ministro de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus. 

En este marco, este martes 23 de noviembre Raúl Kulichevsky, Director Ejecutivo y Técnico de la CONAE, Guillermo Carmona, secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur de la Cancillería, y Frank de Winne, Director del Centro de Astronautas de Agencia Espacial Europea, firmaron una carta de intención para la continuación del Proyecto “Tempus Pro Antártida”, junto a otras instituciones como la Pontificia Universidad Católica Argentina, la Universidad Nacional de Quilmes y el CONICET. 

Kulichevsky, explicó que la CONAE “tiene dos pilares: la cooperación internacional, donde el trabajo conjunto con la Agencia Espacial Europea es estratégico y ya venimos colaborando en diversos ámbitos, como Antártida, la estación de espacio profundo en Mendoza, programas de capacitación y el apoyo al lanzamiento de nuestros dos satélites SAOCOM; y el otro pilar es ser una institución federal”. 

Por su parte, Carmona expresó que “la Argentina tiene como centro de gravedad de su actividad antártica la actividad científico-técnica. Por esto este proyecto, que consiste en llevar a cabo experimentos científicos y demostrar y evaluar nuevas tecnologías, tiene un valor fundamental para nuestro país”. 

Frank de Winne enfatizó sobre la cooperación constante entre la ESA y la Argentina, en particular con la Deep Space Antenna 3 ubicada en Malargüe, un activo imprescindible para garantizar comunicaciones críticas para las distintas misiones que se encuentran en el sistema solar. Además afirmó que “este hito entre las relaciones de la ESA y la Argentina permitirá que estos experimentos se lleven a cabo en sus bases en la Antártida y representan una gran oportunidad para compartir conocimientos y para el desarrollo de futuras pruebas”. 

Medicina para condiciones extremas 

Tempus Pro es un dispositivo portátil utilizado por la ESA para realizar chequeos médicos inmediatos cuando los astronautas regresan a la Tierra o aterrizan en áreas remotas. Permite medir parámetros tales como frecuencia cardíaca, presión arterial, frecuencia respiratoria y temperatura, mientras transmite la ubicación del paciente y ofrece comunicación de voz entre los médicos y el personal en el lugar. En la Argentina, se utilizó desde 2019 para monitorear de manera remota a las personas que desarrollan actividades en las bases antárticas científicas Belgrano II y Carlini. 

La estación Belgrano II se ubica a menos de 1300 km del Polo Sur, con temperaturas que pueden descender por debajo de los -35 ° C. Aislada y construida sobre afloramientos rocosos, a menudo se utiliza para realizar diversos estudios, ya que vivir allí tiene similitudes con habitar o trabajar en la Luna o Marte. La estación Carlini, en la península Potter de la isla 25 de Mayo (o Rey Jorge), perteneciente al archipiélago de las Shetland del Sur, está menos aislada y permitirá a los investigadores comparar los resultados en entornos diferentes, aunque ambos son extremos. 

“El desarrollo de vuelos tripulados en la órbita terrestre, y en el futuro a la Luna y posiblemente, a Marte, requiere de mayores estudios de salud humana en condiciones de aislamiento. La Antártida, por sus condiciones extremas tanto por lo meteorológico como por su aislamiento resulta ideal para investigaciones de simulación del ambiente espacial. Por esta razón, en 2019 suscribimos una carta de intención entre la ESA, la CONAE y la DNA para llevar adelante experimentos en las bases argentinas de la Antártida, que fueron realizados exitosamente durante la campaña 2019 – 2020. Hoy ratificamos ese compromiso”, dijo Sandra Torrusio, gerenta de Vinculación Tecnológica de la CONAE. 

El proyecto es dirigido por Victor Demaria-Pesce, neurólogo argentino y asesor del Centro Europeo de Astronautas (EAC) de la ESA, quien se especializa en estudiar la adaptación del ser humano a ambientes extremos. Además de los trabajos que lleva adelante para la exploración del espacio, también realizó estudios con temperaturas extremas en el Polo Sur y con buceo a grandes profundidades. Para el proyecto que se lleva adelante en la Antártida, está capacitando a expertos argentinos de la DNA, del Instituto Antártico Argentino (IAA) y de la Pontificia Universidad Católica Argentina, así como al personal médico que se hospedará en la Base Conjunta Belgrano II durante el invierno de 2022, quienes colaborarán en las investigaciones. 

Cooperación continúa 

La CONAE y la ESA tienen una larga historia de cooperación para el desarrollo de proyectos satelitales, que comenzó en los inicios de la década de 1990 y se afianzó con el intercambio de información sobre el uso de datos SAR de los satélites ERS-1 y de ERS-2. Esta sociedad continúa hasta hoy con diferentes cooperaciones en misiones espaciales y el establecimiento de una antena de espacio profundo en Malargüe, provincia de Mendoza, para el seguimiento de misiones de exploración del espacio profundo, que viajan a más de 300.000 kilómetros de distancia de la Tierra-, así como en diversos proyectos de investigación y de educación. 

En el marco de la visita de la ESA, esta semana también se llevaron a cabo conversaciones para avanzar con proyectos de cooperación tanto en la estación Deep Space 3 – Malargüe, como con el programa CESAR, vinculado a la enseñanza de la astronomía en las escuelas, y sobre temas de Observación de la Tierra, entre otros. 

La Estación DS3 – Malargüe fue inaugurada en 2012, fruto de la cooperación entre la CONAE y la ESA. Actualmente, esta moderna antena de 35 metros de diámetro brinda soporte a la misión Solar Orbiter de la ESA y colaboración de la NASA, lanzada en febrero de 2020. Esa misión tiene por objetivo estudiar el sol, y ya logró obtener las imágenes más cercanas a nuestra estrella registradas hasta hoy. Según el acuerdo firmado con la ESA, la Argentina dispone del 10% del tiempo operativo de la antena para realizar actividades de investigación científica nacional y de cooperación regional e internacional, para observación radioastronómica y para Telemetría, Telecomando y Control (TT&C) de misiones interplanetarias al espacio profundo. 

El programa CESAR está dirigido a profesores y alumnos de las escuelas primarias y secundarias para divulgar conocimientos relacionados con la exploración del sistema solar y el universo. En el marco de esta iniciativa, la CONAE ya llevó a cabo dos cursos en el Planetario de la Ciudad de Buenos Aires y en los próximos meses prevé realizar nuevas capacitaciones en diferentes provincias del país. 

En relación a Observación de la Tierra, se está haciendo foco en el uso de datos SAR en proyectos de investigación y académicos en temas diversos, promoviendo asimismo la participación de grupos expertos del ámbito nacional. 

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