El físico e investigador del CONICET, Jorge Aliaga, contó, en diálogo con Radio Cooperativa, que ya existen seis empresas fabricando el dispositivo desarrollado por él mismo, para medir la concentración de dióxido de carbono en ambientes cerrados.
La iniciativa fue tomada por la Universidad Nacional de Hurlingham, para desarrollar más prototipos y distribuirlos en escuelas de Hurlingham y Morón.
La iniciativa llegó al gobierno bonaerense a través del propio Aliaga, quien integra el Consejo Asesor en temas de pandemia, y el Poder Ejecutivo evalúa extender su implementación, ante la vuelta de la presencialidad en las escuelas.
“Yo estoy en contacto con investigadores de España, donde están impulsando este tema, lo comenté en la comisión asesora de la provincia de Buenos Aires, y armé un medidor, y puse el circuito y el código de programación en una página de programación de código abierto, para que cualquiera arme el suyo, y así ya lo están haciendo muchas personas, porque es muy sencillo”, dijo Aliaga, al explicar como surgió la idea.
El modelo de medidor de CO2, fue armado y probado por Aliaga, y la Universidad de Hurlingham tomó ese prototipo para armar algunos equipos y distribuirlos en las escuelas de los distritos de Morón y Hurlingham.
“Cualquier escuela técnica o universidad podría hacerlo porque es muy simple”, dijo Aliaga, y explicó que “medimos CO2 porque el ser humano consume parte del oxígeno existente y lo transforma en dióxido de carbono”.
En el ambiente libre existen 400 partes por millón de dióxido de carbono, y cuando se exhala, se exhala 40.000 partes por millón. “Cuando decimos que el ambiente está viciado es por la acumulación de dióxido de carbono, y se resuelve muy fácil, abriendo puertas y ventanas”, dijo Aliaga.
“La medición de dióxido de carbono termina siendo un indicador de ventilación, de cuán respirado está el aire, en la medida de que lo tengas en un ambiente lo más cercano posible a como está afuera estas seguro”, dijo el investigador.
“El aparato es muy tranquilizador porque es ponerle un número a algo que es invisible, no vemos el aire, no vemos el virus, y cuando vemos que los niveles marcados por el aparatito baja a niveles cercanos a los que está afuera estás seguro”, dijo Aliaga, y explicó que con el medidor “se podría tener uno por aula, es mejor, pero si tenés uno por escuela se puede estar un poco más tranquilo y avanzár”.
El valor comercial de los medidores de dióxido de carbono es de 20 mil pesos y el investigador explicó que “en principio uno por escuela alcanza”.
En diálogo con Radio Cooperativa, el asesor del gobierno bonaerense en temas de pandemia explicó que “lo seguro es estar aislados sin contacto con otras personas porque todos podríamos ser potenciales personas que contagian”.
“Si bien no hay una distancia que sea absolutamente segura, para que ese riesgo no sea demasiado elevado se establece una distancia prudente que se pone como dos metros, en Educación se ha bajado a metro y medio, uso permanente de tapabocas, que se hable lo menos posible y buena ventilación del ambiente con apertura cruzada, de manera que el aire corra”, dijo Aliaga.
Presencialidad cuidada (y monitoreada)
La Universidad Nacional de Hurlingham comenzó a proveer 400 de estos medidores desarrollados por Aliaga, quien fue docente de la universidad, para establecimientos del distrito y de Morón para controlar la ventilación en las aulas y en los espacios comunes.
La casa de altos estudios firmó un convenio con la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación y la intendencia de Hurlingham, para garantizar la provisión de los medidores de dióxido de carbono (CO2) a escuelas del distrito para controlar la ventilación en aulas y espacios comunes, en el marco del reinicio de las clases presenciales en la provincia.
El convenio fue firmado por el Secretario de Políticas Universitarias, Jaime Perczyk, los Intendentes Juan Zabaleta (Hurlingham) y Lucas Ghi (Morón) y el vicerrector Walter Wallach.
Los equipos que desarrolla la Universidad permitirán brindar información en tiempo real sobre las necesidades de ventilación o filtración del aire en cada una de las aulas o salones de las escuelas de Hurlingham y Morón.
Tal como se explicó durante el encuentro: “La apertura de puertas o ventanas permite disminuir la concentración de las partículas en suspensión, también llamadas aerosoles, susceptibles de contener virus, que se pueden acumular cuando la ventilación no es suficiente. Este tipo de equipos permitirán informar cuándo un espacio posee escasa renovación de aire”.
Usos múltiples
Así como un monitor de CO2 puede estar colocado fijo en un ambiente, también puede usarse para ir midiendo valores de distintos espacios. Para esto será necesario seguir los protocolos de manera de que la medición sea representativa del valor de CO2 de cada ambiente, explicaron desde la UNAHur.
“Poder medir en varios ambientes es importante porque permite conocer rápidamente la apertura de ventanas y puertas que es necesaria para cada espacio interior, dado que varía en función de las condiciones del viento”, sostienen desde la universidad.
La entrevista de radio Cooperativa, con Jorge Aliaga: https://ar.radiocut.fm/audiocut/entrevista-a-jorge-aliaga-7125/