Un equipo de investigadores e ingenieros electrónicos y de biomédica de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), junto a especialistas de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), comenzaron a desarrollar un monitor de variables respiratorias, que se complementa a respiradores mecánicos, que sirve para monitorear con telemedicina pacientes internados.
La iniciativa, diseñada en el marco de la pandemia de coronavirus, responde a la demanda de equipos de respiración mecánica, surgida a partir del crecimiento de casos en nuestro país. Según el reporte diario de ayer 9 de junio, Argentina cuenta, hoy, con 23.607 casos confirmados y 693 muertes.
Periferia dialogó con uno de los autores del proyecto, Federico Golmar, ingeniero electrónico (UBA) especializado en nanodispositivos electrónicos, quien aseguró que “va a ser muy útil el monitor que estamos diseñando, incluso post pandemia”.
La propuesta de la UNSAM está incluida entre las 64 “Ideas Proyecto IP Covid” aprobadas para recibir financiamiento de parte de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), perteneciente al Ministerio de Ciencia, conducido por Roberto Salvarezza.
Se trata de una de las propuestas de soluciones científicas y tecnológicas presentadas por investigadores, universidades, organismos de ciencia, institutos científicos y empresas de innovación de todo el país ante el avance de la pandemia.
Golmar es especialista en Automatización Industrial y doctor en Ingeniería por la misma universidad, donde se desempeñó como docente. Actualmente es profesor y decano de la Escuela de Ciencia y Tecnología (ECyT) de la UNSAM.
El resto de los integrantes de UNSAM son Guillermo La Mura, director de la carrera de Ingeniería Biomédica de la ECyT, Mariano Caruso, docente de la Escuela de Ciencia y Tecnología y propietario de una empresa de equipos de medicina, y Norberto Lerendegui, quien es docente de la ECyT y tiene 22 años de experiencia liderando el desarrollo de instrumentos biomédicos.
La entrevista completa con Federico Golmar
Periferia: ¿Como inició el proyecto para crear este monitor de variables respiratorias?
Federico Golmar: Antes de la cuarentena queríamos ver si desde la Escuela se podía hacer algo que pudiera aportar en el contexto que se avecinaba. Hasta ahí nos conocíamos, pero no trabajábamos en un proyecto de investigación formalmente con los otros. Si bien lo que estamos haciendo ahora es un monitor, en ese momento comenzamos a trabajar en un respirador mecánico, parecido a los AMBU (resucitador manual de silicona, utilizados en los traslados en ambulancias para asistir a pacientes). Pero el AMBU sirve para períodos cortos de tiempo, no está pensado como un sistema para internaciones. Fue así que rastreando en equipos que Mariano, en su empresa, fabricó 20 años atrás, armamos dos prototipos, nos contactamos con los responsables de terapia de hospitales públicos y privados de capital y provincia para preguntarles si lo que estábamos haciendo respondía a una demanda concreta. Sin embargo, varios médicos y especialistas nos plantearon que con el dispositivo que planeamos en un primer momento no podrían tener control sobre lo que le sucede al paciente, hoy estos sistemas se manejan por volumen, y no por presión, y hacía que sólo sirviera en casos particulares. Hablamos incluso con autoridades de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) y la ANMAT, y todos nos decían lo mismo. Por otro lado, ya había muchos a esa altura haciendo cosas parecidas.
P. ¿Entonces?
F.G.: Ahí nos replanteamos, y nos olvidamos de la parte mecánica del respirador, la parte invasiva, y nos concentramos en hacer un monitor de variables respiratorias, chico, de bajo costo, con comunicación inalámbrica, suponiendo que, en lugares masivos en camas, se pueda tener uno por paciente, y exista un centro de monitoreo que recolecte la información de muchos pacientes, donde un tercero pueda monitorear en forma general a todos, correlacionando datos y elaborando estadística. El monitor en sí va a estar midiendo el flujo, presión y concentración de oxígeno del aire que fluye entre el respirador y el paciente. El equipo monitorea estos parámetros y con estos calcula el resto de los parámetros ventilatorios que necesita el médico: Frecuencia respiratoria, tiempo inspiratorio y espiratorio, flujo inspiratorio pico, volumen corriente, presión inspiratoria pico y de meseta y fracción de oxígeno en inspiración. Todos estos parámetros serán mostrados en un display y podrán ser enviados inalámbricamente a un centro de monitoreo.
P.: ¿Esto hoy existe, o no?
F.G.: Así como está pensado no. Para medir la presión y el flujo sí existe, pero no está pensado como un monitor de las variables respiratorias del paciente, es un accesorio para verificar los parámetros del paciente o si un respirador funciona correctamente en un momento determinado. Ahora, esos equipos no están pensado como un dispositivo para dejarlo al lado del paciente y que esté monitoreando permanentemente. Lo novedoso de nuestro equipo es que contará con alarmas que el médico podrá definir de los diferentes parámetros respiratorios, y los parámetros se transmitirán inalámbricamente para monitoreo y registro remoto.
P.: ¿Esos parámetros son estándar o se pueden ajustar a las características de cada paciente?
F.G.: Los parámetros se podrán ajustar a cada paciente. Incluso de manera remota un médico, a distancia con una clave, podrá cambiar los parámetros o verificarlos. Este es un monitor de bajo costo, que uno debería poder instalar al lado de cualquier ciclador mecánico y definir cuáles son los parámetros adecuados para ese paciente, no está pensado para un respirador de alta complejidad (de 25 mil dólares) porque estos ya monitorean los parámetros necesarios.
P.: ¿En cuanto tiempo estiman que tendrán listo el primer dispositivo, teniendo los plazos de trabajo impuestos por la pandemia?
F.G.: Hacer un producto médico, que deberá ser aprobado por ANMAT, no sólo implica hacer el prototipo, hay que ir haciendo desde el inicio toda la documentación respaldatoria con todas las decisiones de diseño que se fueron tomando. Antes del primer dispositivo tenemos pensado hacer el demostrador tecnológico para que médicos puedan dar su opinión. Luego sí apuntaremos a realizar las primeras unidades para la verificación en laboratorio y en campo, esperamos tener estas unidades en 4 meses. A su vez, tenemos planificado en seis meses tener el prototipo terminado, teniendo en cuenta los plazos que nos dio “la Agencia” (Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, perteneciente al Ministerio de Ciencia), para así comenzar los trámites en ANMAT.
P.: ¿A cuantas instituciones sanitarias y centros de salud creen poder abastecer con este desarrollo y de qué manera planean cubrir la demanda de estos insumos?
F.G.: Estamos buscando y pensando que tipo de empresa sería la que podría interesarse en adquirir esta tecnología para hacer después los dispositivos. Aún no tenemos una empresa adoptante. No puedo decir qué demanda de estos dispositivos podría haber en instituciones médicas y de salud. Por ejemplo, desde el comienzo de la pandemia al sábado pasado hubo 2700 usos de respiradores para pacientes que fueron observados por covid, pero finalmente de ellos sólo 350 fueron confirmados, es decir, al día de hoy finalmente la cantidad de casos que hubo con covid confirmado que necesitaron respirador es un número que los centros de salud pueden manejar. Cambió mucho el escenario porque el 20 de marzo se proyectaba para esta época una demanda de respiradores que no iban a alcanzar por más del doble, pero sin ser experto, veo que estamos lejísimos de llegar a esos números, por suerte. En el medio hubo acciones del Estado, bastante interesantes, como acercarse a las dos empresas de Córdoba que hacen respiradores y convenir para que armen una segunda planta en paralelo para poder aumentar significativamente su producción, que es lo mejor que podía haber pasado porque los equipos ya estaban aprobados por ANMAT.
P.: ¿Que valores se manejan en el mercado de respiradores?
F.G.: Hoy hay modelos de respiradores que están en el orden de los diez mil dólares o más, es un número igual muy grande en comparación con nuestros equipos. Yo creo que va a ser muy útil el monitor que estamos diseñando, incluso post pandemia, para los hospitales que no tienen equipos de alta complejidad, por lo que tener la capacidad de poder monitorear todos los parámetros, y hacer telemedicina, y que todos los datos de todos los respiradores y/o cicladores mecánicos se puedan nuclear en un lugar, puede ser muy útil a largo plazo.
Los proyectos IP Covid
Los proyectos IP Covid son una iniciativa de la Agencia I+D+i, a cargo de Fernando Peirano, para seleccionar las propuestas de mayor impacto y respuesta ante la pandemia en el corto plazo.
“El objetivo de la convocatoria es promover Proyectos de Investigación y/o Desarrollo Tecnológico y/o Innovación en el que participen beneficiarios que tengan proyectos adjudicados por Agencia I+D+i o financiamiento de otras instituciones del Sistema de Ciencia y Tecnología”, explicaron desde el MinCyT.
Cada uno de los seleccionados recibirá una suma que puede variar entre los diez mil y los cien mil dólares para continuar los estudios y desarrollos de dispositivos.