Especialistas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y del ministerio de Transporte de la provincia de Buenos Aires diseñan un etilómetro con ingeniería nacional para ser utilizado en controles viales. En el marco de la Ley provincial Alcohol Cero al volante aprobada a fines de 2022, el objetivo no solo pasa por incorporar nuevos equipos que realizan esta tarea como alternativa a los importados, sino que también está ligado a un cambio de paradigma que vaya del castigo a la prevención.
“Se trata del desarrollo de un etilómetro que se puede fabricar acá y reemplazar a los importados. También, es el codiseño junto con el ministerio de una tecnología que, además de su fabricación, demandará mantenimiento, calibración y capacitación para su uso. El propósito es crear un instrumento que acompañe y dialogue con las políticas públicas que se implementan y desarrollan en nuestra provincia y nuestro país”, señala Guido Mastrantonio, docente de toxicología en la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP y coordinador del proyecto, a la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes.
Para 2025
Si bien el proyecto se encuentra en la etapa inicial de financiamiento y recién ahora comienza su desarrollo, el objetivo es que la herramienta esté lista para principios de 2025 y ayude a disminuir los accidentes y la morbimortalidad consecuente de siniestros viales causados por conductores alcoholizados.
Disociar el alcohol y la conducción
En diciembre de 2022, Buenos Aires se sumó a las provincias que tienen aprobada la Ley Alcohol Cero al volante. A su vez, en abril de este año el Congreso determinó que la normativa tenga vigencia a nivel nacional. El objetivo es disociar el alcohol de la conducción y reducir las víctimas y los daños en accidentes viales provocados por conductores bajo los efectos de esta sustancia.
La importancia de la ley es central: la siniestralidad vial es la principal causa de muerte en personas menores de 35 años en nuestro país y el alcohol al volante es el responsable de, al menos, 1 de cada 4 incidentes de tránsito graves.
Medir el alcohol en sangre
En la actualidad, en el país se utilizan dos tipos de equipos para medir el alcohol en sangre de una persona. Por un lado, está el evidencial, que emite un informe sobre el porcentaje de alcohol y permite sancionar a la persona que conduce en caso de dar positivo; y por el otro, está el indicial. Este último da un indicio de cuál es la concentración de alcohol pero no permite implementar una sanción porque no genera evidencia.
Alejandra Rasile, investigadora de la UNLP y una de las responsables del proyecto, aclara: “El etilómetro de tipo indicial le permite a la policía retirar a ese conductor de la ruta porque da el indicio de cuánto alcohol tiene en sangre, pero no implementar una sanción o multa. La lógica detrás tiene que ver con una normativa internacional que aborda la problemática del consumo de alcohol en la conducción desde el punto de vista punitivo, desatendiendo una mirada más sanitaria”.
Y agrega: “Estamos hablando de riesgos de morbimortalidad por accidentes de tránsito. Es decir, una persona que consume alcohol y asume una situación de riesgo, como conducir un automóvil, hace que estemos en frente de un consumo problemático de sustancias. No solo es un problema de seguridad, no se resuelve solo desde la sanción, sino que también necesita un abordaje sanitario”.
Nueva ley, nueva tecnología
Rasile explica a la Agencia que la nueva normativa busca promover el no consumo de alcohol a la hora de conducir. Desde esta lógica de prevención, se deben desarrollar nuevas herramientas que vayan más allá del punitivismo y de los equipos homologados actuales que poseen un carácter evidencial con objetivos de sanción.
Aunque esté en una primera etapa, el equipo de la UNLP ya proyecta distintas aristas a la hora de diseñarlo. Así lo expresa Martín Salibé, responsable en el proyecto por parte del Instituto Argentino de Radioastronomía: “Contamos con referencias técnicas internacionales como punto de partida para el diseño del equipo, para luego pensar en innovaciones tecnológicas que acompañen al estado en sus políticas públicas sobre seguridad vial y consumo problemático de sustancias“.
Cuando se menciona el aplicar lógicas sanitarias en el diseño, la referencia es, por ejemplo, a la posibilidad de recopilar datos anónimos de interés epidemiológico que den idea de cuándo, dónde y bajo qué condiciones se detectan conductores con alcohol en sangre. Esto permitiría mapear las incidencias de alcoholemia más allá del interés por sancionar o retirar a un conductor de la ruta porque está violando la ley. Estos mapas otorgarían una herramienta valiosa para las políticas de prevención.
FITBA
El trabajo fue uno de los 63 proyectos seleccionados por el Fondo de Innovación Tecnológica de Buenos Aires y será financiado a través del Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de la Provincia. Además del área de Toxicología de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP y el Instituto Argentino de Radioastronomía, que depende de la Comisión de Investigaciones Científicas, la UNLP y el Conicet, también participa el Ministerio de Transporte de la Provincia de Buenos Aires como impulsor y cofinanciador.
Por Luciana Mazzini Puga – Agencia de Noticias Científicas de la UNQ.
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