un equipo de investigadores de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (Unicen) con sede en Tandil, creó un mamógrafo óptico, con luz infrarroja, llamado MamoRef, y es único en el mundo por su tecnología. Este aparato busca revolucionar el diagnóstico de mamografía, al prescindir de los rayos X y contribuir a la detención temprana de enfermedades logrando una mayor precisión.
El desarrollo de MamoRef está a cargo de la empresa con base tecnológica Bionirs que fue creada entre Unicen, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y el Grupo Sancor.
El cofundador de Bionirs, Nicolás Carbone, doctor en Física e investigador de Unicen, contó que estudiaron diversas líneas de investigación sobre el comportamiento de la luz en los tejidos biológicos que duró 15 años, y una de ellas fue sobre la mamografía. “La forma en que se propaga dentro del tejido es diferente de acuerdo a los tejidos: sanos, enfermos, con tumores benignos o malignos”, afirmó.
Startup
En 2018 transformaron el estudio científico en un producto, así nació la startup. Después, “lo probamos y validamos en el laboratorio para luego llevarlo a un hospital o clínica, y evaluarlo con los pacientes reales”, destacó.
En 2021 construyeron el primer prototipo y realizaron las pruebas en el hospital de Mar del Plata con pacientes voluntarios, aquellos que tenían alguna indicación médica para hacerse un estudio de biopsia por lesión mamaria. “Con los datos de MamoRef distinguimos las lesiones malignas de las benignas”, indicó el investigador.
Y agregó que el objetivo no es reemplazar a la mamografía tradicional, sino complementarla. También ofrece al médico una herramienta que le permita mayores certezas sobre si una lesión es benigna o maligna antes de llegar a una biopsia; hacer un seguimiento y actuar rápidamente por si el tratamiento no es el adecuado.
El mamógrafo ya se encuentra listo y su costo es accesible—destacó Carbone— para que pueda distribuirse en centros médicos del país y a nivel mundial. Ahora, el equipo está preparado para ampliar los ensayos clínicos y conseguir la homologación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat).
CÓMO FUNCIONA
MamoRef se basa en el uso de luz en el infrarrojo cercano (NIR) para la caracterización metabólica de los tejidos blandos y su funcionamiento es parecido al de un oxímetro de pulso que utiliza la diferencia de absorción de luz entre dos longitudes de onda en el infrarrojo cercano.
Carbone detalló que “la luz se absorbe de forma diferenciada en función de si el tejido está oxigenado o no. Así es cómo se logra un mapa de saturación de oxígeno de la mama y eso brinda información estructural, pero también metabólica”.
El aparato es simple, transportable, no usa rayos X, y brinda una experiencia de diagnóstico mucho más amena para las mujeres, convirtiéndose en una herramienta capaz de combatir el cáncer de mama.
MamoRef
Carbone explicó que con MamoRef pueden aportar un diferencial con respecto a las técnicas tradicionales, como la mamografía, que son buenas para detectar si hay alguna posible enfermedad, pero no son buenas para distinguir lesiones malignas de benignas.
“Siempre que hay alguna sospecha, por una mamografía o incluso en la palpación, termina en una biopsia, que en su mayoría son benignas. Y para la mujer llegar a ese estadio es estresante, tiene mucho esfuerzo físico, mental, económico y para el mismo sistema de salud”, manifestó.
Por eso, aseguró que con la información del aparato se puede distinguir con más precisión y con más certeza si se trata de un tumor maligno o benigno antes de iniciar la biopsia.
Asimismo, explicó que se puede usar la cantidad de veces que sean necesarias, incluso en mujeres embarazadas, que en el caso de la mamografía tradicional no está recomendado. Y es un buen método para el seguimiento de la enfermedad una vez que se detecta un cáncer y está bajo tratamiento.
Segundo prototipo
El equipo ya va por segundo prototipo, una segunda versión que diseñaron a partir del feedback que obtuvieron con el primer prototipo. “El primero fue una camisa en la cual la mujer se acostaba boca abajo. Y vimos que por cuestiones de postura no todas las mujeres pueden estar cinco minutos acostadas boca abajo”, narró.
Entonces, diseñaron un dispositivo con una versión más inclusiva: sentada y con una postura más sencilla, y accesible tanto para embarazadas como para quienes tienen una movilidad reducida.
El físico dijo que ya tienen las pruebas clínicas con un número interesante de pacientes voluntarios y son positivas. Y ese es un buen dato para seguir con los siguientes pasos: la búsqueda de más fuentes de financiamiento, la formación de nuevas alianzas con médicos, centros de salud y hospitales para la evaluación clínica.
A la vez, remarcó que la idea es ampliar los prototipos, cumpliendo todos los requisitos y protocolos, para que más mujeres con indicación de biopsia, lo prueben. Y en el futuro estaría disponible para aquellas sin indicación de biopsia.
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