Periferia

3 de Septiembre de 2024

La inversión en ciencia y tecnología de América Latina lleva casi 30 años estancada

Un informe de la UBA evalúa que, con excepción de Brasil, el resto de la región entre 1996 y 2021, destinó entre el 0.4% y 0.6% del Producto Bruto Interno (PBI), lejos del 2% y el 2.7%, que destinan los países desarrollados.

Un informe de FAUBA mostró que los aportes de Argentina y la región en Ciencia y Tecnología llevan años estancados y están entre los más bajos del mundo.

Tomando como referencia datos del Banco Mundial, un estudio de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) mostró que la inversión en el sector científico argentino, comparada con los estándares globales, se mantiene rezagada y estancada desde hace varias décadas.

“La inversión en ciencia es crucial para el desarrollo”, sostiene el trabajo que lleva la firma de Daniel Miralles, profesor de la cátedra de Cerealicultura de FAUBA e Investigador Superior del CONICET. Sin embargo, entre 1996 y 2021 se destinó 0.4% y 0.6% del Producto Bruto Interno (PBI), mientras que en el puñado de países desarrollados esa cifra rondaba entre el 2% y el 2.7%.

“En nuestro país, y también en el resto de América Latina, la inversión en ciencia no galopa; más bien, va a tranco lento”, afirmó Miralles, teniendo en cuenta la excepción de Brasil que destina el 1.27 de su PBI.

Analizando la foto a nivel de los continentes, América del Norte, Asia-Pacífico y la Unión Europea son, en ese orden, quienes mayor porcentaje de su PBI destinan a ciencia y desarrollo. Los aportes rondan el 1.7% y el 3.2%, mientras que en Latinoamérica eso ronda el 0.5%.

Diferencias con el Norte

Dentro de América, el informe da cuenta de que Canadá y Estados Unidos son quienes mayores inversiones realizan, destinando entre el 2% y el 3.5% de su PBI. En Sudamérica, por otro lado, Brasil se distancia de los países de la región con un 1.2% de su PBI invertido, lo que supone 2.5 veces más que lo que destina Argentina.

“No sería casualidad que el lector intente asociar la inversión en ciencia y desarrollo con otras variables de la economía como, por ejemplo, el salario mínimo o el ingreso per cápita. Eso llevaría a la conclusión de que ambas variables están vinculadas con el estándar de vida medio de los habitantes de un país”, sostuvo el autor del informe.

“En nuestro país pasaron diferentes administraciones con distintas visiones políticas e ideológicas. A la luz de los datos, entre 1996 y 2021 ninguna mejoró de manera sustancial la inversión en ciencia y desarrollo. Al menos, tomada como porcentaje del PBI”, se añade a continuación.

Miralles puntualizó luego en el recorte de fondos en Argentina. “Los proyectos científicos dependientes del ex Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación dejaron de pagarse regularmente, y tampoco se cumplió en tiempo y forma con el desembolso del dinero y la ejecución de los proyectos aprobados por las comisiones asesoras de dichos proyectos”, señaló.

A eso se sumaron otros recortes en aspectos básicos como el cese de pagos a los buscadores de literatura internacional, que permiten la descarga de trabajos científicos.

“Tomando los datos publicados por el CONICET, el porcentaje del total del presupuesto destinado a becas de investigación entre 2016 y 2023 osciló entre el 22 y el 24%. A esto hay que sumarle que hoy, los presupuestos para salarios están recortados, ya que un becario doctoral cobra entre 620 y 650 dólares mensuales, considerando el dólar MEP”, finalizó el trabajo.

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