Ante la quita de subsidios nacionales y subas de las distribuidoras, en 2024 la clase media y la clase baja tuvieron que pagar más en promedio de lo que paga la clase alta en tarifas de energía.
El Reporte de Tarifas y Subsidios que elaboran la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), permite en uno de sus apartados comparar las tarifas eléctricas que pagan los hogares según las jurisdicciones argentinas subnacionales, es decir, el Área Metropolitana de Buenos Aires y las provincias.
Tres categorías
El trabajo muestra las tres categorías que subsidia el Estado Nacional en el mercado mayorista de la energía según los ingresos de cada usuario residencial. “Un análisis transversal indica que la factura final promedio de un hogar de altos ingresos (n1) es 1,8 y 1,5 veces superior respecto de la factura de un hogar N 2 (ingresos bajos) y N 3 (ingresos medios) respectivamente”.
En ese contexto, “la factura promedio total país es de $51.229 para un hogar de altos ingresos(N1), $ 34.158 para un hogar de ingresos medios (N3) y $27.259 para un hogar de ingresos bajos (N2)”. Pero como se verá en el gráfico, en los tres casos, la Epe se encuentra bastante más arriba de esos valores.
La comparación de los cuadros tarifarios entre jurisdicciones indica que, ante igual consumo, las facturas finales más bajas se encuentran en Formosa, La Rioja y Santa Cruz para todos los segmentos de ingresos. Sin embargos, los cuadros tarifarios en estas provincias, de acuerdo con el propio reporte de la UBA y el Conicet, “no han sido actualizados hasta el momento”. Lo que provoca dudas sobre la sostenibilidad de esas situaciones.
AMBA
En el otro extremo, “la factura con mayor incremento en el semestre la enfrenta un usuario N3 de ingresos medios de la Provincia de Buenos Aires bajo la distribución de EDEA (699% de aumento) que tiene bajo su área de concesión a gran parte de la costa atlántica y partidos del sur-este y centro-sur de la Provincia de Buenos Aires. A su vez, las restantes concesiones de la PBA (EDES, EDEN y EDELAP) presentan incrementos similares en las facturas de los usuarios que van del 585% al 690% para usuarios N2 y N3 mientras que para los usuarios N1 ronda el 250%”.
“Al momento de realizar un análisis tarifario comparativo es necesario puntualizar que en el sector de distribución conviven empresas públicas (provinciales), empresas privadas y cooperativas, alcanzadas por marcos regulatorios nacionales, como en el caso de EDENOR y EDESUR, provinciales y municipales en el caso de cooperativas. Si bien el precio estacional es el mismo en todas las jurisdicciones, la dispersión de tarifas es multicausal. La regulación de los valores agregados de distribución (VAD) en cada jurisdicción responde a un proceso complejo de identificación de costos que reflejan las características propias de la red, de la región en donde se presta el servicio y de la frecuencia de actualizaciones sobre los costos de distribuir la energía. A su vez, responde no solo a diferentes estructuras tarifarias, y a características estructurales propias del servicio público de distribución, sino también a factores exógenos como la existencia de diferentes cargas impositivas y anomalías como captura regulatoria que altera artificialmente los niveles tarifarios en algunas jurisdicciones”, indica el informe.
“Por lo tanto, si bien una comparación de tarifas puede mostrar una foto del estado de situación en un momento determinado en el tiempo, para no llegar a conclusiones erróneas la comparación debe ser analizada a la luz de los factores que inciden en la determinación de tarifas en cada una de las jurisdicciones”, expresa.
Paga más en promedio la clase media y la clase baja
En el primer semestre de 2024 “hubo aumentos en el precio de la energía para todo el país en febrero y junio a la vez que cada jurisdicción actualizó, con diferente frecuencia, los cargos por distribución de sus territorios”, expresa.
Los aumentos en promedio “fueron de 333% para los usuarios N3 de ingresos medios, de 297% para los usuarios N2 de ingresos bajos y del 199% para los usuarios N1 de ingresos altos. Esta disparidad se explica, solo en parte, por las bonificaciones en el precio de la energía para los segmentos N2 y N3 y por los tiempos de cada jurisdicción para emitir nuevos cuadros tarifarios y aplicar aumentos en los cargos de distribución”.