La investigadora del CONICET y la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), Viviana Solis Neffa, describió el trabajo que están realizando con el Observatorio Nacional de Biodiversidad en Paisajes Forestales y Ecosistemas Asociados para evaluar los “efectos a mediano plazo sobre la biodiversidad” que ocasionaron los incendios en la provincia de Corrientes.
Además mencionó la “importancia de reintroducir las especies propias de cada ecosistema” en el proceso de recuperación de las zonas quemadas.
“Estos ecosistemas forestales nativos brindan numerosos servicios ecosistémicos”, dijo Solis Neffa, y explicó que “son los encargados de regular el clima a nivel global, las inundaciones y la erosión de los suelos”.
“Para mantener la biodiversidad y la sustentabilidad de estos sistemas es importante que se haga de manera sustentable”, dijo Solis Neffa.
Los incendios movilizaron al CONICET
Por los incendios que se registraron en la provincia de Corrientes y Misiones, investigadores y técnicos del CONICET iniciaron un proyecto colaborativo -que involucra a varias instituciones públicas y privadas- para evaluar los efectos de este desastre en los animales vertebrados.
La iniciativa busca estimar -mediante recorridos por las zonas quemadas- la densidad de animales muertos por los incendios, en particular de especies amenazadas y/o en peligro de extinción o que han sido recientemente reintroducidas en la ecorregión del Iberá. Para ello, configuraron una aplicación para teléfonos celulares que permite tomar información geolocalizada en terreno y generar automáticamente una base de datos.
Conocer las superficies quemadas
Mediante estas estimaciones y el procesamiento de imágenes satelitales que permitirán medir la superficie quemada y el momento en que ocurrieron, se podrá obtener una aproximación de los efectos del fuego en la fauna silvestre.
En el caso de los Esteros del Iberá, las áreas más severamente afectadas por el fuego fueron el Sector Norte, el corredor Mburucuyá-San Roque, Colonia Carlos Pellegrini, Lomada de Caa Catí a Mburucuyá y el Corredor Iberá-Mburucuyá. Estos sectores protegen especies amenazadas y/o en peligro de extinción. Además, albergan aves emblemáticas de la provincia, como el yetapá de collar, la monjita dominica, el tachurí coludo, los capuchinos, el atajacamino ala negra y el águila coronada, entre otros. En estas áreas se realizó también la reintroducción del guacamayo rojo y de muitú, así como la restauración de poblaciones de oso hormiguero y pecarí de collar. Asimismo, existen poblaciones de ciervo de los pantanos, aguará guazú, monos carayá y grandes concentraciones de carpinchos y diferentes anfibios y reptiles endémicos.
Un estudio reciente sobre los efectos de los incendios en la región del Pantanal brasileño en 2020, reveló que 17 millones de vertebrados murieron calcinados durante esa catástrofe, incluyendo mamíferos de gran porte como monos y ciervos, hasta pequeños reptiles y anfibios. El estudio colaborativo que se desarrolla en Corrientes apunta a tener una segunda estimación en un ambiente similar, aunque con un muestreo aún mayor que el realizado en Brasil.
Los grupos del CONICET que forman parte de este proyecto pertenecen al Instituto de Biología Subtropical (IBS, CONICET – UNaM), el Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL, CONICET – UNNE), el Instituto de Ciencias de la Tierra, Biodiversidad y Ambiente (ICBIA, CONICET -UNRC) y el Instituto Nacional de Limnología (INALI, CONICET – UNLl); quienes trabajan en forma conjunta con el personal técnico de la Administración de Parques Nacionales (APN), la Dirección Nacional de Biodiversidad del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación (MAyDS), el Centro de Investigaciones del Bosque Atlántico (CeIBA) y la Fundación Vida Silvestre Argentina.