Periferia

14 de Agosto de 2019

Siembra intensiva: Entre Ríos al borde de quedarse sin potasio en los suelos

Un estudio reveló que la provincia mesopotámica se podría quedar sin el nutriente en cuatro años, como consecuencia de la baja rotación de cultivos y la acidificación de la tierra generada por los fertilizantes.

Un informe del investigador de CONICET, Nicolás Wyngaard, ofreció mapas de suelos actualizados de Entre Ríos, durante el Congreso de la Asociación Argentina de Productores de Siembra Directa (Aapresid). 

Los resultados fueron puestos a disposición de los integrantes de la Aapresid, con un diagnóstico preocupante que subrayó la tendencia a la acidificación creciente de los suelos de esa provincia como consecuencia de la baja rotación de cultivos y el alto uso de fertilizantes. 

En diálogo con el portal Infocampo Nicolás Wyngaard, docente e investigador del Conicet, dio detalles acerca del relevamiento que se hizo con Fertilizar Asociación Civil en relación a los resultados de 2011. 

Suelos con descenso de materia orgánica 

“Los mapas mostraron cómo cambiaron entre los suelos vírgenes el contenido de materia orgánica, el pH, contenido de fósforo, bases intercambiables y micronutrientes”, explicó Wyngaard, al tiempo que remarcó que lo que se vio fue un “marcado descenso de estas variables”. 

En ese sentido, las caídas más importantes se dieron en los niveles de fósforo y de bases intercambiables como el magnesio. Pero un indicador fue el más fuerte: el de la baja de potasio en Entre Ríos. 

En cuatro años habrá caída de cultivos 

“Vimos resultados alarmantes: si se proyecta cómo cayó  el potasio desde 2011 a 2018, en cuatro años estaríamos en valores que afectarían al desarrollo de los cultivos”, dijo Wingaard.  

“Esto tiene sentido porque en Uruguay pasó exactamente eso. Hubo una deficiencia abrupta de potasio y ahora es generalizado el uso de fertilizantes de potasio”, analizó el experto. 

El caso de La Pampa 

En La Pampa, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) detectó en mayo caídas de hasta un 40% en la calidad de los suelos para la siembra. Por este análisis recomendaron rotación de cultivos y reducir la aplicación de fertilizantes por la creciente acidificación. 

Ello implica una caída en la calidad de los suelos que atenta contra la biodiversidad. La calidad del suelo es, de hecho, lo que habilita la posibilidad de multiplicar la biodiversidad potencial y el desarrollo de prácticas agrícolas sostenibles.   

El estudio del INTA reveló que los niveles actuales en toda la región pampeana muestran valores entre un 30 y 40 % menores respecto a los suelos “en condición prístina”, condición que genera problemas físicos (estabilidad estructural y mayor riesgo de erosión) y menor disponibilidad de nutrientes, particularmente de nitrógeno y azufre.  

Por su parte la acidez provoca consecuencias sobre diferentes procesos biológicos y químicos que ocurren en el suelo. En problemas graves de acidez, se recomienda la aplicación de calcita (carbonato de calcio) o dolomita (carbonato de calcio y magnesio)”.  

De acuerdo con los técnicos, la clave para contrarrestar el impacto negativo y contribuir a la salud de los suelos está en mejorar el balance de carbono: aumentar la frecuencia de cultivos de cobertura, promover la rotación de cultivos y, además, aplicar un plan de fertilización ajustado a las necesidades nutricionales del lote.   

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