El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) fue postulado como candidato para el Premio Nobel de la Paz 2020 por su tarea en el ámbito de la ciencia aplicada a conocer la verdad y colaborar con la Justicia. La postulación fue presentada por Karina Batthyány, secretaria ejecutiva del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), y Alejandro Villar, rector de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ).
“Estamos gratamente sorprendidos por esta postulación. En el 2018 Clacso y la UNQ nos habían otorgado el Premio Latinoamericano Juan Gelman y nos avisaron que nos iban a postular al Premio Nobel de la Paz”, contó el director ejecutivo del EAAF, Luis Fondebrider, al matutino Página/12.
El plazo para postular los candidatos al Premio Nobel de la Paz ya cerró el 1º de febrero. El comité elegirá en octubre a los galardonados por mayoría de votos. “Ahora se inicia una etapa de búsqueda de apoyos de esa postulación. Apoyos institucionales, personales y políticos de toda América Latina”, dijo el rector de la UNQ, Villar, en diálogo con este diario.
El EAAF es una entidad científica, no gubernamental, que se fundó en 1984 para ayudar a las familias de las víctimas del terrorismo de Estado y aportar pruebas a la Justicia en la recuperación, identificación y restitución de personas desaparecidas entre 1974 y 1983. El EAAF conformó un grupo pionero de especialistas que desarrollan técnicas científicas en el campo de la Antropología Social, la Arqueología, la Antropología Forense, la Informática y la Genética.
La organización ya trabajó en más de 60 países con víctimas de desapariciones forzadas, violencia étnica, política, institucional, de género y religiosa, desapariciones actuales, narcotráfico, trata de personas, crimen organizado, procesos migratorios, guerras y conflictos armados, accidentes y catástrofes.
El Equipo siempre se financió con organismos privados de Estados Unidos y Europa y algunos Estados europeos. Desde 2005 la organización tiene vigente un convenio de cooperación y asistencia financiera con el Estado argentino.
“Venimos viendo el trabajo que realizan y creemos que es una buena oportunidad de reconocerlo. Es una labor colectiva de muchos años. Además, un trabajo de mucho prestigio en América Latina, en países como Colombia y México”, detalló Villar.
Algunas de las tareas que el equipo viene realizando en el país de forma ininterrumpida desde 2005, además de continuar con la búsqueda de desaparecidos de la última dictadura cívico-militar, son la identificación de los soldados caídos en la guerra de Islas Malvinas, que fueron enterrados como NN en el cementerio de Darwin; la colaboración en casos de femicidios, trata de personas, desapariciones forzadas o causas complejas, como el atentado a la AMIA.
“El balance de trabajo de estos 35 años es muy positivo –señaló Fondebrider–. Trabajamos en más 60 países del mundo para buscar personas desaparecidas e identificar restos humanos aportando elementos objetivos a la Justicia.”
Fuente: Página 12