Becarios universitarios de los programas Manuel Belgrano y Progresar fueron recibidos en el Centro Atómico Ezeiza, perteneciente a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).
Allí, recorrieron la obra del Reactor Nuclear Multipropósito RA-10, el reactor RA-3 y la Planta de Irradiación Semi Industrial. Los estudiantes también conocieron las oportunidades de capacitación con salida laboral al sector nuclear que ofrece la CNEA.
Horizonte profesional
Con tres obras emblemáticas en alto grado de avance –el Carem, el RA10 y el Centro de Protonterapia–, el sector nuclear argentino se expande y eso anticipa oportunidades laborales para profesionales de distintas carreras. Para formarlos, en la CNEA existen tres institutos de capacitación y difundir su oferta académica fue parte de la jornada que tuvo lugar esta semana en el Centro Atómico Ezeiza.
La visita de los estudiantes estuvo enmarcada en el acto en el cual el ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk, anunció la renovación de las Becas Manuel Belgrano destinadas a promover el acceso, la permanencia y la finalización de estudios de grado y pregrado en áreas estratégicas para el desarrollo del país .
“Hay una decisión política de este gobierno de que haya 36 mil becas Manuel Belgrano porque nosotros queremos que estudien e investiguen en el país”, resaltó el ministro Perczyk.
En la misma línea, los tres institutos académicos de la CNEA ofrecen becas completas a sus estudiantes más un estipendio mensual para que puedan tener una dedicación full time al estudio. “Estamos en este encuentro celebrando la posibilidad de que ustedes sigan formándose y que sigan creciendo. Para la CNEA la formación de recursos humanos es indispensable, es uno de los pilares en los que se basa una historia de más de 70 años en el campo de la ciencia y la técnica”, dijo la presidenta de la CNEA, la física Adriana Serquis.
Algunas de las universidades que estuvieron presentes en el encuentro y que recibirán computadoras son: Universidad Nacional de Luján, de La Plata, de Avellaneda, Arturo Jauretche, de La Matanza, de José C. Paz, Hurlingham, San Martín, de los Comechingones, y Provincial de Ezeiza,
Formación en el más alto nivel
Los institutos Balseiro, Sabato y Dan Beninson –a través de los cuales la CNEA está asociada a las universidades de San Martín y Cuyo– ofrecen carreras y especializaciones destinadas a capacitar profesionales y técnicos que luego se desempeñarán el sector nuclear argentino. Su característica distintiva es que los estudiantes reciben una beca completa y estipendio mensual y acceden a una formación académica de excelencia.
La gerenta de Área Académica de la CNEA Florencia Cantargi, señaló que “los egresados de los institutos Balseiro, Sabato y Dan Beninson son los que después nutren al plantel profesional de nuestra institución. Los estudiantes que nos visitaron tuvieron la oportunidad de acercarse al mundo del trabajo en el sector nuclear, conociendo laboratorios y los grandes proyectos para los que después se contratará personal, como el RA-10″. En esta línea, mencionó el próximo llamado a concurso para incorporar a 234 profesionales altamente capacitados.
El Gobierno nacional incluye a las carreras que se dictan en los tres institutos de la CNEA en el Programa de Becas Estratégicas Manuel Belgrano, que promueve el acceso, la permanencia y la finalización de estudios de grado en áreas consideradas clave para el desarrollo económico del país. Además, los jóvenes graduados, técnicos y estudiantes próximos a graduarse, cuentan con las becas de CNEA Aprender Haciendo, que ofrecen formación en temas científicos y tecnológicos desde la práctica. “Esto les permite el aprendizaje en tareas específicas del sector nuclear, como por ejemplo el manejo de radioisótopos para el área de medicina o el manejo de equipamiento sofisticado que requiere una especialización muy específica que se da solamente dentro de la institución”, explicó Serquis.
Los institutos de la CNEA
Para acceder a las carreras de grado de los institutos de CNEA hay que contar con todas las materias aprobadas de los dos primeros años de estudios de Ingeniería o carreras afines.
Creado en el año 1955, el Instituto Balseiro (IB), ubicado en el Centro Atómico Bariloche (CAB), fue el primero de los centros académicos creados por la CNEA. En el año 1998 se concretó su formalización a través de un convenio con la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo).
El IB dicta cuatro carreras de grado: Licenciatura en Física, Ingeniería Nuclear, Ingeniería Mecánica e Ingeniería en Telecomunicaciones. Además, ofrece posgrados que incluyen los doctorados en Física, Ingeniería Nuclear y Ciencias de la Ingeniería, y las maestrías en Ciencias Físicas, Ingeniería y Física Médica. También cuenta con una Especialización en Aplicaciones Tecnológicas de la Energía Nuclear.
El Instituto Sabato
Desde 1993, el Instituto Sabato se sumó a la oferta académica. Funciona en el Centro Atómico Constituyentes (CAC) y nació a través de un convenio con la Universidad Nacional de San Martín (UNSaM). Allí se dicta la carrera de Ingeniería en Materiales y, entre los posgrados, la maestría en Ciencia y Tecnología de los Materiales, una especialización en Ensayos No Destructivos y los doctorados en Astrofísica, Ciencia y Tecnología (Mención Física) y Ciencia y Tecnología (Mención Materiales).
El más joven de los centros de formación es el Instituto de Tecnología Dan Beninson (IDB), fundado en 2006. Está emplazado en el Centro Atómico Ezeiza (CAE) y surgió mediante otro convenio con la UNSaM. Allí se dictan la Tecnicatura Universitaria en Aplicaciones Nucleares y la carrera de Ingeniería Nuclear con Orientación en Aplicaciones. La oferta de posgrados incluye el doctorado en Tecnología Nuclear y las especializaciones en Reactores Nucleares y su Ciclo de Combustible, Radioquímica y Aplicaciones Nucleares y Física de la Radioterapia.
En todos los casos, los estudiantes realizan prácticas e investigaciones en laboratorios e instalaciones que muchas veces cuentan con equipamiento único en el país. Tal es el caso de la tarea de investigación que se realiza en los reactores.
También cuentan con la posibilidad real de inserción laboral, ya que al finalizar sus carreras se les abren oportunidades tanto en CNEA como en distintas empresas o entidades vinculadas al sector nuclear. Por ejemplo, en áreas asociadas a la medicina nuclear o la producción de energía.
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