Un festival federal convoca a defender la ciencia argentina con una gran movida pública, que irá desde Ushuaia a La Quiaca y desde el Río de la Plata a la cordillera el sábado 6 y domingo 7 de abril que vienen. Se llama Elijo Crecer Ciencia X Argentina y convoca a no quedarse de brazos cruzados frente a la destrucción del sistema científico y tecnológico nacional.
La propuesta es autogestiva, al frente están investigadoras e investigadores de todo el país, que sienten “orgullo por la ciencia argentina” y están convencidos de que, junto a la tecnología, “es el motor del desarrollo del país”.
Es en respuesta a los ataques y recortes que aplica el gobierno nacional de Javier Milei al ámbito científico tecnológico. Y por eso invitan a acompañar la lucha “por el cumplimiento de la ley de financiamiento de ciencia y técnica; en contra del desmantelamiento del sistema de ciencia y técnica, y contra los despidos en el Estado”.
“El festival se da en el marco de más despidos, de recortes de becas y achicamiento en los ingresos”, destaca al semanario El Eslabón la investigadora del Conicet Julia Broguet, integrante del Nodo Rosario de esta actividad, sobre la importancia de hacer visible el ajuste.
Más razones
El festival es en defensa de la ciencia y la tecnología nacional y también en respuesta al cientificidio –tal como lo denominan en las redes desde la organización– que está implementando el actual presidente del Conicet, Daniel Salamone.
“La decisión del gobierno nacional de no proponer un presupuesto para el 2024 sino prorrogar el del 2023 condena a las instituciones de ciencia y técnica –entre muchas otras– a la parálisis”, señaló la investigadora del Conicet y doctora en química, Valeria Edelsztein, en declaraciones al sitio redaccion.com.ar, además impulsora, junto a un equipo de voluntarios, del Festival Elijo Crecer Ciencia X Argentina.
Para la especialista se trata de una oportunidad para “mostrarle a la sociedad la extraordinaria calidad y variedad de la ciencia argentina”. “¿Cuántas personas conocemos que sepan, por ejemplo, que la Argentina es uno de los ocho países del mundo que puede diseñar y fabricar satélites geoestacionarios? ¿O que somos el país de Latinoamérica con más premios Nobel en ciencias?”, se pregunta a modo de invitación a conocer por qué es tan valiosa la ciencia argentina.
Para esa difusión, desde la organización del festival llevan adelante distintas iniciativas, como la de explicar en breves videos en qué consiste el trabajo que hacen científicas y científicos de todo el país, y cómo ese trabajo impacta en la vida cotidiana de las personas.
Así, aparecen la zoóloga Laura Reyes y la bióloga marina María Luss Salatino, contando su trabajo en la Antártida Argentina. O bien la física cuántica Cecilia Cormick de la Universidad Nacional de Córdoba, que explica cómo sus investigaciones tienen que ver con la vida diaria. También el biólogo, investigador y profesor universitario Diego Golombek habla del sueño y de la importancia del descanso para una mejor calidad de vida, sin dejar de relacionarlo con los momentos de ansiedad y estrés que viven las personas. O la bióloga platense María Eugenia Cano contando la relación entre las especies de mosquitos y la prevención de enfermedades. Y en estas historias las investigadoras e investigadores Nadia Chiaramoni, Valeria Edelsztein, Claudio Cormick, Pablo Ramos Méndez, Julieta Elffman y Jesuana Aizcorbe dan detalles sobre qué es el índice de abuelidad y su relación con la memoria, el genocidio y el derecho a la identidad de las personas.
Alerta por ajuste infernal
En los primeros días de marzo, al mismo tiempo que investigadoras e investigadores del Conicet daban cuenta del recorte de becas, la falta de insumos en laboratorios y hasta el riesgo de una nueva “fuga de cerebros”, una situación que definían de “un ajuste infernal”, el organismo era distinguido como la mejor institución gubernamental en ciencia de América Latina.
“El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) se ubicó por sexto año consecutivo en el primer puesto de las instituciones gubernamentales de ciencia en Latinoamérica y alcanzó el lugar número 20 a nivel mundial, según el prestigioso Ranking SCImago”, destacaba un artículo de Somos Télam.
También a principios de marzo, 68 Premios Nobel se manifestaron “contra la destrucción de la ciencia argentina”. Lo hicieron a través de una carta enviada al presidente de la Nación Javier Milei en la que le expresaron su “profunda preocupación” por la “dramática devaluación de los presupuestos del Conicet y las Universidades Nacionales”.
“Observamos cómo el sistema argentino de ciencia y tecnología se acerca a un peligroso precipicio y nos desalientan las consecuencias que esta situación podría tener tanto para el pueblo argentino como para el mundo”, dijeron.
En ese mensaje destacaron que la Argentina es el único país de la región que “ha desarrollado su propia vacuna contra el Covid-19, construido y lanzado satélites de comunicaciones y diseñado y construido reactores nucleares de próxima generación”.
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