Siete de diez muestras de miel cosechada en la Comarca Andina , en Río Negro, revelaron rastros de pesticidas. Así lo informó un estudio que llevó adelante el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (Inibioma) en 2014 que fue publicado recientemente por la revista científica “International Journal of Pest Management”.
“Esa temporada hicimos un muestreo de mieles de apicultores de la Comarca. Nos dieron un frasco con la cosecha de diferentes colmenas. Sucede que las abejas se convierten en radares que nos permiten saber qué pesticidas hay en el ambiente. Se usa la miel como indicador”, resumió Carolina Morales, investigadora del Inibioma que depende del Conicet y la Universidad Nacional de Comahue.
Las abejas suelen volar grandes distancias desde la colmena, en busca de flores para recolectar polen y néctar que usan para alimentar a la colonia y producir miel. En esos vuelos, las abejas se pueden encontrar muchas sustancias contaminantes que son liberadas al ambiente, entre las que se encuentran los plaguicidas. Las abejas pueden ingerirlos o transportarlos a la colmena y acumularlos en la miel.
Resultados sorprendentes
Los investigadores admiten que, en los últimos años, sobra evidencia a nivel mundial sobre la presencia de plaguicidas en mieles, principalmente en aquellas provenientes de regiones con una agricultura intensiva, industrial, de gran escala. “La incógnita era qué ocurría con la agricultura de menor escala de la Comarca Andina donde hay paisajes naturales. Como no conocíamos la situación en la Patagonia, decidimos analizar en un laboratorio certificado mieles que habían sido cosechadas en distintas localidades del noroeste de la Patagonia, en la temporada 2014”, detalló.
Se rastrearon residuos de 65 plaguicidas diferentes pertenecientes a 4 grandes grupos químicos. El resultado fue sorprendente: 7 de las 10 muestras de miel analizadas contenían residuos de algunos de estos plaguicidas. Algunas muestras incluso contenían más de un plaguicida.
“Encontrar, al menos, un compuesto ya es un llamado de atención. En este caso, encontramos sustancias de alta toxicidad para las abejas y de riesgo moderado a alto para la salud humana”, explicó Morales.
Estándares
Esta docente del Centro Regional Universitario Bariloche (Crub) reconoció que si bien las concentraciones parecían bajísimas, decidió hacerse una comparación con los estándares de Europa. “Como para ese entonces, no había parámetros de referencia en Argentina, se tomó como referencia el límite residual máximo establecido en Europa”, indicó y continuó: “¿El resultado? Los ingredientes activos de las muestras analizadas estaban, en algunos casos, por encima de los límites máximos establecidos por la legislación europea. De modo que, en Europa, esa misma miel no se podría consumir”.
Pesticidas Prohibidos
Si bien después de tantos años, se requiere un nuevo muestreo de la calidad de las mieles, hay dos de los pesticidas que se hallaron en 2014 que ahora están prohibidos en Argentina.
“En ese momento, esos ingredientes eran legales; hoy hay nuevas regulaciones. De todos modos, es necesario realizar nuevos relevamientos en la zona para evaluar si esta situación ha cambiado desde la entrada en vigor de estas regulaciones”, dijo Morales.
Por otro lado, los investigadores hicieron una serie de recomendaciones para reducir el riesgo de intoxicación de colmenas con plaguicidas.
No fumigar durante la floración
En primer lugar, sugirieron no fumigar durante la floración del cultivo. De ser inevitable, no conviene hacerlo en horas del día en que las abejas y otros polinizadores están en las flores del cultivo. También se recomienda tapar las piqueras para evitar la salida de las abejas de la colmena a fin de mitigar el impacto.
Además, proponen eliminar los pesticidas de alta y moderada peligrosidad, reemplazarlos por otros productos orgánicos y fortalecer las regulaciones sobre el uso de pesticidas.
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