La Autoridad de Aplicación de la Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) presentó sus planes de ampliación de la red de vinculadores tecnológicos para conseguir que las empresas que habitan el riachuelo adapten sus procesos productivos a la legislación ambiental vigente.
Fue durante la 3ra. Reunión Plenaria de Adherentes de la Red de Adecuación Ambiental de la Cuenca Matanza-Riachuelo (RAAC) en la Universidad Nacional de Lanús, que la CAME (Cámara Argentina de la Mediana Empresa) oficializó su integración a la red de adherentes que ya tiene 44 integrantes entre universidades, cámaras empresarias y organismos. Periferia estuvo en el encuentro.
La Red es clave en el plan de descontaminación del Matanza-Riachuelo porque ataca a la columna vertebral del problema ambiental: los desechos industriales de las empresas que se encuentran en la cuenca. El resto de la contaminación está asociada a residuos cloacales y contaminación urbana.
Entre los adherentes, de hecho, la mitad (22) son entidades ligadas con la actividad productiva. El resto se completa con ministerios y secretarias afines a temas ambientales, municipios, universidades, organismos de ciencia y tecnología, asociaciones gremiales y empresarias, sindicatos, defensorías del pueblo, asociaciones civiles y organizaciones sociales.
Plan Ambiental en territorio
Para ACUMAR, la adecuación ambiental está directamente asociada a las relaciones que se construyan en el territorio. En tal sentido, Bruno De Alto, director general ambiental de ACUMAR, planteó una de las claves en “hacer funcionar la red de actores para configurar equipos de facilitadores de la gestión ambiental” que permita llegar a las empresas que aún no adecuaron sus procesos productivos.
La agenda del encuentro estuvo trazada por la aprobación de nuevos miembros, la presentación del Proyecto Sistemas de Gestión Ambiental y creación de los Centros Regionales, la promoción de la Red de Vinculación Tecnológica de la Cuenca Matanza Riachuelo, la aplicación de fondos verdes a través de la Fundación Banco Credicoop y la creación de la “Red de Buenas Prácticas Ambientales Empresariales”.
El organismo llevará adelante capacitaciones y actividades tendientes a sensibilizar a las entidades adherentes sobre la importancia de la adecuación ambiental como camino para conseguir la limpieza del ecosistema Matanza-Riachuelo.
Centros Regionales
Para ampliar esa red, y para expandir el margen de acciones de sensibilización, de formación y de alcance a las 5300 empresas empadronadas por el organismo, es que ACUMAR presentó el Plan de creación de un Centro Regional junto a la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), y otro Centro Regional junto a la Universidad Nacional Guillermo Brown (UNaB).
Al respecto, Bruno De Alto, fundamentó la propuesta asegurando que “en algunos lugares de la cuenca hemos visto que hace falta un encuentro institucional, y hemos elegido como socios a la UTN y a la UNaB, en el Parque Industrial Burzaco, donde hay una masa crítica. Ahí se van a dar cursos, van a estar los consultores y se van a contactar las empresas”.
De Alto explicó que allí se convocará a los actores de la cuenca a formar parte, se darán capacitaciones, se propondrán promotores y facilitadores, se darán materiales didácticos y cursos y se dará asistencia técnica. “La idea es crear una comunidad para lograr la adecuación”.
“El propósito es abordar a las empresas donde se va a brindar la asistencia para implementar el sistema de gestión ambiental, articulando a la Unidad de Vinculación Tecnológica de la UTN para que colaboren en el trabajo y que aquellas empresas deseosas de aplicar el sistema de gestión ambiental, que también podamos identificar el conjunto de asistencia financiera para este caso”, explicó Guillermo Winnicki, Secretario de Cultura y Extensión Universitaria de la UTN Regional Buenos Aires.
“Implementar un sistema de gestión ambiental requiere inversiones, pero si nos hemos adecuados y estamos en regla tal vez no sea tan oneroso adecuarse”, dijo Winnicki.
Desde la UNaB, el Secretario de Extensión, Ignacio Jawtuschenko, definió el rol que tendrá la universidad como Centro Regional: “Desde la UNaB buscamos aportar articulación con las instituciones claves del territorio, y con recursos técnicos propios relevaremos 200 unas industrias, y desarrollaremos planes para 25 de ellas”.
“Hoy hay 700 empresas consideradas contaminantes”, explicó De Alto, y definió que “unas 40 o 50 son las claves y las que esperamos quitar de la lista de contaminantes durante los próximos años”.
El dato se complementa con el de registro de “grandes aportantes” que registra que en el Matanza-Riachuelo son unas 20 las empresas que destinan el 80% de la carga másica, y unas 60 representan el 90%. Al respecto, De Alto explicó: “Estamos trabajando para el monitoreo automático y transmisión de datos de estas empresas”.
El resto de la contaminación del riachuelo está asociado a los efluentes cloacales y la contaminación urbana. Pero el foco de la gestión actual apunta a las empresas que vuelcan sus desechos, teniendo en cuenta que allí está la clave de la contaminación del cuerpo de agua, por las dificultades que representa para eliminar esos residuos y por el volumen de los contenidos arrojados.
3755 registradas
El 31 de julio finalizó el plazo establecido, a través de la Disposición 129/2022, para que los establecimientos productivos, comerciales o de servicios radicados en la Cuenca actualicen sus datos ante ACUMAR, mediante la presentación de la Declaración Jurada Electrónica (DJE) en el Registro de Establecimientos y Actividades de la Cuenca Matanza Riachuelo (REAMAR). El resultado de este proceso fueron 3755 empresas registradas, mientras que alrededor de 400 más se encuentran en la etapa final del trámite.
El REAMAR, que es de carácter obligatorio, online y gratuito, se realizó a través de un renovado sistema informático que apunta a obtener más y mejor información de cada establecimiento. El director Ejecutivo de Gestión de la Autoridad de Cuenca, Daniel Larrache, destacó: “Este registro conformará una base de datos unificada que servirá para tomar decisiones de gestión que apuntan a fiscalizar el aporte de efluentes originados en establecimientos de la Cuenca y sus posibles impactos en el agua, aire y suelo”.
Desde ACUMAR explicaron que “es importante recordar que se deberá conservar la Clave Única de Reordenamiento Territorial (CURT) tramitada, ya que en adelante no perderá vigencia y se utilizará para todos los trámites ante el organismo”.
Talleres
Para facilitar la carga de la DJE se realizaron ya siete talleres instructivos virtuales, donde participaron cerca de 350 personas representantes de empresas de la Cuenca, que tuvieron la oportunidad de ver en tiempo real cómo completar el REAMAR, además de resolver dudas concretas.
Sin embargo, desde ACUMAR buscan avanzar con redes de articulación y creación de nuevos espacios para la formación de vinculadores, asistencia técnica, capacitaciones y sensibilización de los actores de la cuenca, para facilitar la llegada a las empresas.
Para inscribirse:
https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSceXXHl5svOGfEg1GPhK0dvBVZnPOFc7CrINBbR0M44B1FBMA/viewform
Fondos verdes
Uno de los planes, presentado durante el tercer encuentro de la RAAC es ofrecer facilidades a las empresas que presenten planes de mejoras medioambientales, con créditos y fondos, en este caso provenientes de la Fundación Banco Credicoop.
Los fondos verdes son líneas de financiamiento, gestionadas para articular demandas de equipamiento que sea requerido desde las empresas para avanzar con la adecuación de los procesos procesos productivos.
El Banco Credicoop cuenta con 23 filiales en la cuenca, y con 3000 empresas que tienen relación con la entidad financiera.
El paso siguiente, es que desde la RAAC anunciaron ya una reunión con las Unidades de Vinculación Tecnológica de la cuenca, para desarrollar capacidades para gestionar proyectos de I+D en saneamiento ambiental.
