El director del Instituto Nacional de Limnología (INALI), perteneciente al CONICET y a la Universidad Nacional del Litoral (UNL), Pablo Collins, contó detalles sobre el documento presentado por el centro de investigación, a raíz del avance en el debate de los proyectos de ley de Humedales, en la cámara de Diputados.
Collins es investigador y doctor en Ciencias Naturales, y fue uno de los firmantes del documento que advirtió que ninguno de los proyectos incorpora los llamados “pasivos ambientales”, que fijan penas a empresas y actores por la degradación ambiental.
“Creemos que la legislación tiene que tener en cuenta algunos aspectos desde la mirada académica y del ambiente”, dijo Collins, fundamentando la presentación del documento que se difundió la semana pasada.
La definición de pasivo ambiental se contrapone a la de activo, que es la característica de todo ambiente natural. Collins lo explicó de la siguiente manera: “Todo ambiente natural tiene un activo que son sus beneficios, un valor que el ambiente le da a la sociedad, que no siempre es el mismo”.
“Si le quitamos ese valor, porque lo contaminamos, lo quemamos o modificamos su estructura física, generamos un pasivo”, dijo Collins.
Respecto a los actores que intervinieron en la generación de los incendios, Collins aseguró que “son muchos”, entre actores agropecuarios, madereros, pero caracterizó la situación como de “acciones de negligencia”.
Los proyectos en el Congreso
En principio, el investigador del INALI aclaró que “ya existe una ley de aguas que sería interesante mejorarla antes que generar una nueva ley”, y por eso se refirió a la posible superposición de proyectos, puesto que los proyectos y la norma existente, se refieren a los ambientes acuáticos”.
“Observamos la necesidad de realizar una definición lo más abarcativa y que contemple los distintos humedales que existen en el país”, dijo Collins, y agregó que “tiene que identificarse que existen servicios que esos humedales prestan a la sociedad”.
Cuando se habla de “servicios ecosistémicos” de los humedales, se hace referencia a alimentación, movimiento de nutrientes, efectos de captación de tóxicos, que sirven como elementos de interés social.
“El humedal brinda hasta un servicio turístico, generado por el placer que nos provoca estar allí, relajarnos”, dijo Collins, explicando que los “servicios de un humedal van desde cuestiones sociales hasta biológicas”.
“Hay distintos tipos de usos del agua que tienen que reconocerse”, dijo Collins, y explicó que “eso para la sociedad es un activo, por lo que hay que legislarlo, y conocer quien es el que genera esa pérdida para la sociedad”.
Hoy existen 11 propuestas parlamentarias presentadas como proyectos de ley de Humedales, en la Cámara de Diputados.
Los incendios en el Delta
Collins explicó que “día a día se ven focos de incendio, pero lamentablemente no existe medida exacta de la cantidad de hectáreas alcanzadas por el fuego, también por el tema de la pandemia”.
Pero, además, evaluó que “es difícil saber cuanto tiempo tardará en recuperarse el medioambiente” y estimó que, entre la gran diversidad de paisajes, algunas regiones del delta del Paraná se recuperarán rápidamente, pero a otras les tomará entre 5, 10 años o más para poder recuperarse”.
“Esto se suma a la gran bajante que tiene el Río Paraná”, que Collins incluyó como agravante de los incendios, puesto que “las acciones del fuego habrían sido menos intensas debido a que no hubiera llegado a profundidades del suelo mayor”.
“Al estar tan seco, y tener tanta masa combustible en la isla, el calor se transfirió a mayor profundidad”, explicó Collins, y agregó entre los impactos las consecuencias sobre especies animales vertebradas e invertebradas.
