El doctor en Química a cargo del desarrollo de uno de los tres proyectos de vacuna anti-Covid-19 que proyecta Argentina, Omar Azzaroni, contó detalles de la iniciativa interdisciplinaria en la que comenzaron a trabajar en el año 2018, y que recondujeron durante la pandemia, y destacó el proyecto en el marco de que Argentina desarrolle soberanía sanitaria, para no depender de la importación de.
El proyecto se inició por la articulación entre equipos de investigación del Instituto de Estudios Inmunológicos y Fisiopatológicos (IIFP, CONICET-UNLP), en el que se encuentra el doctor Guillermo Docena, el otro investigador responsable de la iniciativa, y el Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA, CONICET-UNLP), y permitió sentar las bases para el diseño y elaboración de una vacuna contra el COVID-19.
En comunicación con Radio Ensamble, Azzaroni, especialista en Nanotecnología con Materia Blanda, contó que “comenzamos el proyecto con la idea de desarrollar una vacuna contra alergias alimentarias, tuvimos resultados positivos, hasta 2020 que vino la pandemia”.
“A medida que fue progresando el 2020, el sistema científico argentino fue desarrollando herramienta para dilucidar los talones de aquiles del coronavirus, así que este año Argentina empezó a tener la producción de estas proteínas virales, los elementos constitutivos necesarios para el desarrollo de una vacuna”, contó Azzaroni, y explicó que “con Guillermo Docena pensamos en empezar a reconfigurar el proyecto de la vacuna anterior para hacer una vacuna contra el Covid-19, para generar en 2021 otro proyecto local”.
“La importancia de este proyecto es pensar en un país que pueda desarrollar soberanía sanitaria, que pueda desarrollar sus vacunas”, dijo Azzaroni, y agregó que “en lo geopolítico, con esta pandemia, hay que tener independencia para ciertas acciones, y con esto tiene que ver desarrollar tus propias vacunas”.
“Que Argentina tenga proyectos de desarrollo de vacunas contra la Covid-19 nos pone en un lugar muy interesante a nivel regional”, aseguró Azzaroni, y explicó que “En América Latina, salvo Cuba, no existe desarrollo de vacunas”.
Azzaroni consideró que “el hecho de tener experiencia en el desarrollo de vacunas es determinante”, y explicó que “esto no es casualidad, porque Argentina tiene una infraestructura de recursos humanos que le permitió enfrentar esta situación de una manera diferente”.
“Argentina no es un nuevo actor regional, tiene mucha tradición científica”, dijo el investigador.
