El Delegado General de la Junta Interna de ATE CONICET Capital, Gabriel Bober, habló sobre las resistencias internas que generó el acuerdo paritario estatal entre los gremios de ATE, UPCN y el Gobierno, que fijó una suba salarial, hasta febrero de 2022, del 35%, en seis cuotas, con cláusula de revisión.
“Nosotros vemos como insuficiente el acuerdo que se firmó porque está lejos de recomponer la caída salarial que viene sufriendo el empleo del Estado, pero además quedará por debajo de la inflación de este año”, dijo Bober, y agregó que “pedimos que se reabra la discusión para llegar a un acuerdo que contemple un plan de recuperación de lo perdido en los últimos años, durante el macrismo, cuando se perdió un 40% del poder de compra”.
La experiencia con las cláusulas de revisión “no es buena”
Para graficar la caída, Bober recordó que “el último año el acuerdo paritario mayo-mayo fue del 25% en cuotas, que se contrastó con una inflación abril-abril del 46,3%, la magnitud de pérdida entonces fue del 21%, pero efectivamente había una cláusula de revisión que se saldó con un bono y significó llevar el acuerdo del 25% al 28%”, y concluyó que “la experiencia con las cláusulas de revisión no es buena porque no han servido para recomponer y pelearle un poco más a la inflación y algún mecanismo de indexación más automática o de cláusula gatillo sería más aceptable”.
“La situación hoy es que hay salarios en blanco debajo de la línea de pobreza”, explicó Bober, y sostuvo que “un profesional con diez años de antiguedad apenas está superando los 45 mil pesos de bolsillo”.
“Para jerarquizar el trabajo estatal es necesario un plan de recomposición salarial y no seguir perdiendo con la inflación”, y remarcó que “si se toma el cálculo del Banco Central de expectativas de mercado, la inflación estará en capital federal pidieron que se revise el acuerdo paritario con el Gobierno por una propuesta que 47%, por lo cual el acuerdo queda 12 puntos abajo de la inflación, que no se alcanza ni con el 4% del SINEP”.
En tal sentido, Bober sostuvo que “no se pide menos de 10%” en caso de que se reabra la mesa de negociación con el Gobierno.
Bober destacó que, aparte de la paritaria estatal, en 2020, el CONICET otorgó una recomposición salarial del 20%, en dos veces, por la categoría de “jerarquización”, y dijo que “eso permitió empatarle a la inflación”, sin embargo subrayó que “todavía venimos acumulando caídas salariales del 40% con el macrismo y tenemos a todos los becarios y becarias en situaciones salariales comprometidas, casi todos los administrativos y las categorías bajas de la Carrera de Investigador y Personal de Apoyo también”.
Convenio colectivo sectorial
Bober se refirió además al convenio colectivo sectorial para el CONICET que los trabajadores del organismo reclaman para horizontalizar la discusión salarial y fijar condiciones propias del sector ciencia y técnica más allá de la paritaria estatal.
Hoy CONICET tiene 14 mil trabajadores reconocidos (por fuera quedan los becarios y becarias del organismo) que representan el 6% de los trabajadores de la administración pública nacional, que, en su totalidad llegan a unos 250 mil (sin incluir a monotributistas y trabajadores no registrados).
“El convenio es una herramienta fundamental para superar problemas salariales y de la carrera para terminar con condiciones de precarización”, dijo Bober, y afirmó que “con las autoridades no madura la discusión si bien hay diálogo y acuerdo con el tema como con Ana Franchi, porque no depende de las autoridades del organismo sino también de una política más amplia de Gestión Pública”.
“Sabemos que estuvo en la agenda de discusión pero no hay una devolución formal de Gestión Pública (a cargo de Ana Castellani), hubo conversaciones donde no estuvimos los gremios pero estamos presionando para que esas negociaciones se abran a los trabajadores”, dijo Bober, y sostuvo que “el CONICET está regido todavía por un Estatuto que fue sancionado durante los últimos días de la dictadura de Lanusse, y que responde a un momento histórico del CONICET que hoy no existe más porque el organismo se transformó mucho, creció y tiene otras discusiones para dar y otras realidades laborales para discutir”.
El referente de ATE sostuvo que “el convenio colectivo es algo que responde a una decisión política, que podría tranquilamente afrontar el Estado, porque hay cuestiones que no son sólo económicas sino de estructura en el organismo”, y consideró que la dilación en las negociaciones para que se habilite pasa porque “otros organismos pedirían discusiones sectoriales, porque el CONICET es uno de los organismos más grandes”.
Bober aseguró que “otras gestiones del CONICET podrían haber obstaculizado la discusión del convenio colectivo, no creo que sea el caso de esta gestión, pero desde el Estado no está habiendo luz verde”.