“La situación salarial de los trabajadores universitarios es la más crítica de los últimos 40 años”, dice Franco Bartolacci, Rector de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y remarca que todos los meses los salarios universitarios pierden contra la inflación.
“Nosotros venimos advirtiendo desde principio de año cuáles eran las dificultades que venía teniendo el sistema universitario público nacional porque no queríamos llegar a esta situación”.
“En el primer semestre, luego de la manifestación del mes de abril y de las gestiones que se hicieron en la Diputados y ante las autoridades nacionales, logramos revertir el problema que teníamos en gastos de funcionamiento que son los recursos que envía el Estado mes a mes para poder funcionar. Tuvimos un incremento del 270 por ciento en gastos que no estaban actualizados desde octubre del 2022”.
“Pero esos gastos de funcionamiento son una parte ínfima del presupuesto total, el resto implica el pago de salarios, es lo que queda pendiente de resolución y lo que nos ocupa y preocupa en la actualidad. La situación salarial de los trabajadores docentes y no docentes de todas las universidades es la más crítica de los últimos 40 años”.
“Quiero ser claro; cerca del 50 por ciento del personal de las universidades está percibiendo un salario que está por debajo de la línea de pobreza, y hay un desfasaje entre los incrementos que se han otorgado por la inflación que hubo de noviembre a julio de este año que fueron alrededor de un 45 por ciento”.
En un panorama de extrema complejidad por las miradas opuestas entre el Gobierno Nacional y la sociedad en su conjunto (la magnitud de marcha federal universitaria es una muestra elocuente) pasan cosas.
Previsibilidad
Días atrás la Cámara de Diputados aprobó la actualización del presupuesto en el gasto de funcionamiento de las universidades nacionales.
El dato no es menor ya que al ser aprobado por el Congreso, estable “previsibilidad” y al mismo tiempo restringe “la arbitrariedad de las autoridades de nacionales”, señalan los distintos actores involucrados en la problemática universitaria.
Pero además, el proyecto contiene un artículo específico vinculado a la actualización de los salarios. Sólo, claro está, falta que el Senado pueda convertirlo en ley, otro dato no menor.
Sin embargo, desde el Ejecutivo Nacional poco entienden de razones y justicia social o son coherentes con sus lógicas destructivas: en una situación es muy crítica, en el marco de la reunión de la paritaria nacional, algo que no funcionaba, el aumento ofrecido de manera unilateral fue del tres por ciento en agosto y dos por ciento en septiembre. Casi un absurdo. Que si no fuera trágico seria cómico.
Por situaciones como estas las y los trabajadores universitarios, docentes y nodocentes, continúan con medidas de fuerza, denuncias públicas y con la organización de una nueva marcha federal universitaria en primera quincena de septiembre, aunque algunos hablan del 21, día que comienza la primavera y se celebra el Día del Estudiante.
Movilidad social ascendente
Dice Bartolacci: “Hay docentes que hoy están cobrando 200.000 pesos, y claramente nadie puede vivir con esa plata. Eso trae problemas adicionales porque muchas y muchos trabajadores tienen que buscar otras alternativas, que tampoco abundan, para poder vivir lo que resiente la energía que dedican y deteriora, no sólo al trabajador, sino a la institución en su conjunto. También hay problemas para las obras sociales universitarias porque se sostienen con el aporte de los ingresos y los ingresos no crecen a la par de los que crecen los precios de los insumos y las prestaciones”.
Y agrega: “Las sociedades suelen ser más inteligentes que sus dirigencias y la sociedad argentina manifestó cuál es el lugar que la universidad pública tiene que tener. Se empezaron a dar respuestas por la contundencia de la movilización, pero no hay una convicción respecto a la necesidad de invertir recursos en algo que es de las pocas cosas extraordinarias que tiene el país”.
“Lo que hay que entender que el sistema universitario es una herramienta de movilidad social ascendente fenomenal. Yo soy nieto de abuelos analfabetos, hijo de padres inmigrantes y no podría ser profesional si no fuera por la universidad pública. Hay miles de historias como la mía que se escribieron y que se siguen escribiendo. No hay ningún país del mundo que tenga un sistema que permita que cada joven, según su deseo y vocación, pueda acceder a formación de excelencia sin ningún tipo de restricción. Eso no es parte del problema de la nación, es parte del haber y tenemos que potenciarlo porque es una de las posibles salidas al laberinto que tenemos. Esto es lo que deberían entender las autoridades nacionales y no porque lo digan los rectores, sino porque lo dijo la sociedad argentina de manera contundente”.
En este marco es preciso remarcar el rol clave de los estudiantes que, a la par de docentes y no docentes, protagonizaron la monumental movilización de abril.
“Nosotros vamos a insistir, vamos a resistir y reclamar. Pero también vamos gestionar. Porque estamos convencidos que la educación superior es un factor clave para abordar los desafíos que están pendiente a escala nacional”, advierte el Rector de la UNR.
Hora de balance
“Hemos desarrollado, un contexto muy complejo, donde tuvimos que atravesar la pandemia del covid 19, con mucha creatividad y esfuerzo un conjunto de actividades trascendentes”, dice Bartolacci a propósito del aniversario del primer año de su segunda, y ultima, gestión.
“Hicimos honor a una trilogía fundante: producción de conocimiento, vinculación directa con el territorio e intervenir con propuestas en la agenda pública, con debates y aportes”.
“Nadie quiere aquello que no sintió primero, nadie puede lo que no quiso antes; esa es nuestra mirada. Y para eso es vital escuchar y hacer. Pero sobre todo sentir”, remarca contundente.
Y a modo de síntesis Bartolacci recuerda: “Mejoramos la propuesta académica. Pasamos de tres escuelas preuniversitarias a siete, construimos una escuela de oficios y una secundaria virtual. Con escasos recursos crecimos en infraestructura y tecnología y, lo dicho; intervenimos en el debate público. No hubo ningún área en cual no hayamos intervenido. Así entendemos a la universidad pública. Como un instrumento para construir síntesis que se materialicen en consensos concretos”,
“No se trata de discursos, se trata de nuestra propia historia, que la sociedad entiende perfectamente. La universidad no es un problema de los universitarios es un conjunto de decisiones políticas que debe traducirse en políticas públicas. Por todo esto ratificamos que la universidad es pública, popular, de excelencia y democrática. De otro modo no existe”.
Nota de Juan Pablo Sarkissian, para El Ciudadano Web, de Santa Fe:
Seguí leyendo: