El rector de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Franco Bartolacci, habló de la base experimental que se instalará en el Delta para estudiar el impacto ambiental provocado por los incendios intencionales en las islas del Delta del Río Paraná.
El proyecto es un centro de experimentación y educación ambiental que ya se encuentra en marcha, con 60 científicos y científicas trabajando en las islas, luego del desastre forestal ocasionado intencionalmente por productores rurales para extender la llamada “frontera agropecuaria”, que les permita trabajar sobre tierras protegidas por ley.
Depredación ambiental en el Delta
En diálogo con Gobierno de Científicos, Franco Bartolacci, rector de la UNR, aseguró que “la base experimental se desprende de una idea más general que tenemos de la universidad pública, que es que sea una herramienta que no solo genere profesionales de excelencia, sino que tiene que transformar la vida de la sociedad, y eso implica involucrarse y comprometerse con la agenda pública que son los problemas urgentes”.
“La agenda ambiental debe comprometer a los universitarios”, dijo Bartolacci, quien este año firmó un convenio con el intendente de Rosario, Pablo Javkin, para construir una agenda de trabajo en el que la UNR aporte la producción de conocimientos para el diagnóstico y la implementación de políticas públicas para el cuidado del Medio Ambiente.
“La depredación sistemática del ambiente, tiene en el delta una de las manifestaciones mas crueles, ha sido un año insoportable, y entendemos que tenemos que comprometer nuestras investigaciones para terminar con eso pero también para construir un dispositivo estructural que esté presente más allá del humo”, dijo Bartolacci, porque “mas allá del humo el problema sigue estando”.
Universidad en el territorio
La UNR así, generó un espacio en su Centro de Salud, para certificar afecciones por los efectos del humo, apoyaron demandas colectivas, realizaron un monitoreo de alertas tempranas sobre posibles focos de incendios en el Delta, e impulsaron la creación de una base experimental, en los humedales.
“Tenemos más de 60 investigadores e investigadoras que se dedican a trabajar la problemática ambiental particularmente asociada a nuestras islas”, contó el rector de la UNR, y aseguró que “es mucho mas rica la producción científica si eso se hace en el territorio”.
La base experimental se emplazará en territorio de la ciudad de Rosario, obtenidas a través del Legado Deliot, que son terrenos donados a la ciudad hace décadas por el filántropo Carlos Deliot.
Intereses corporativos
En tal sentido, la semana pasada ya estuvieron presentes unos veinte investigadores de cinco de los equipos de investigación de la Facultad de Biquímica, Ingeniería Ciencias Agrarias de la UNR, tomando muestras para un primer análisis diagnóstico de las posibilidades de recuperación de la flora y la fauna en los lugares donde hubo quemas sistemáticas.
“Veo un compromiso más genuino de los distintos niveles del Estado, provincial, municipal y nacional, veo un compromiso mas activo de la sociedad civil, pero no tengo una mirada romántica e ingenua, no es casual que no podamos avanzar con una Ley de Humedales”, dijo Bartolacci.
“Hay intereses muy concretos, corporativos que tratan de impedir que avance para garantizar el nivel de explotación en todo el país”, aseguró Bartolacci, quien se refirió a la solicitada publicada por las entidades agrarias oponiéndose a la sanción de la Ley de Humedales.
Además, consideró que “el problema de raíz de los incendios es la pelea contra el poder corporativo y cual es la capacidad del Estado y la Sociedad de imponerse a esos poderes facciosos, cuando lo que se trata es de cuidar lo que nos pertenece a todos y a todas, y en ese debate nos involucramos para hacer el aporte desde la universidad”.
“Primero tenemos que construir indicadores, algo que parece una obviedad, pero que no se hizo nunca”, dijo Bartolacci, sobre la función de la base experimental, y explicó que en la actualidad evalúan si reforestar es lo más adecuado o si ese proceso corresponde dejarlo como parte del proceso natural de regeneración del medioambiente.
“La reforestación intencionada, planificada y no bien hecha puede tener secuelas dramáticas para los humedales”, explicó Bartolacci y agregó que “el informe inicial nos va a permitir hacer intervenciones, y lo mismo vamos a hacer con calidad del aire, con un sistema de alertas tempranas que integran unas cinco líneas de acción”.
“Hay que darle volumen a la enorme fuerza transformadora de los jóvenes, en relación con el medioambiente”, dijo Bartolacci, porque “la tierra está dando señales dramáticas de agotamiento, pero debemos cambiar para eso los parámetros de consumo y producción que tenemos”.
Integrantes del PIECAS
Por último, Bartolacci destacó que por primera vez las universidades nacionales fueron convocadas a integrar el Plan Integral Estratégico para la Conservación y Aprovechamiento Sostenible en el Delta del Paraná (PIECAS): “No estábamos integradas desde el origen, y ahora nos sumamos formalmente, y estamos trabajando muy bien con el municipio, con nación y con provinicia”.
“Los poderes que enfrentamos son realmente grandes, hay estructuras consolidadas que necesitan garantizar la reproducción de esta lógica de depredación porque le es funcional a sus propios intereses”, dijo Bartolacci, por lo que consideró que “hay que construir poder desde la sociedad civil para que el Estado pueda hacer frente a las corporaciones e imponer una cultura de cuidado distinta”.