El director del Programa de Bioeconomía de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA), Fernando Vilella, participó en la Cumbre de Bioeconomía en Rosario, y sostuvo que “para impulsar el agregado de valor a la producción agropecuaria “se necesita un marco institucional”.
“Argentina está haciendo una mala lectura del mundo y está dejando pasar las oportunidades que ofrece la bioeconomía para generar riqueza, principalmente en pueblos y ciudades del interior del país”. Así lo diagnosticó el Director del Programa de Bioeconomía de la FAUBA (Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires), Fernando Vilella, tras su paso por la 1° Cumbre Federal del tema, que tuvo lugar en Rosario los días 26 y 27 de octubre.
El investigador destacó que “no hay proyecto federal integrador del país” sin incluir la biomasa, el turismo y la industria cultural y del conocimiento, por lo que celebró que el CFI (Consejo Federal de Inversiones) haya tomado el tema como eje de trabajo. Esto, dijo, es prueba de que “hay un clima de época sobre la bioeconomía como una salida importante”. Si la clase dirigente lo potencia o sólo usa el tema para hacer política “lo juzgaremos en unos meses”.
Vilella consideró que Argentina tiene que resolver un problema estructural: la escasa participación en el comercio mundial. “Cada argentino exporta la tercera parte que un chileno o la mitad que un uruguayo; entonces tenemos estos problemas de balance de dólares”, resumió.
A su criterio, el país se debería plantear el objetivo de duplicar o triplicar las exportaciones, algo imposible con la actual matriz exportadora. “No lo podés hacer con los mismos productos que se exportan hoy”, dijo, en referencia -por ejemplo- a que el 70% del maíz se exporta como grano, en lugar de transformarlo en proteínas o bioetanol. “Brasil exporta el 30% y EE.UU. el 17%” como materia prima, comparó.
“Somos grandes exportadores de alimento para animales, ni un humano come eso en forma directa; si hiciéramos el salto de transformar en territorio, agregar valor, la cosa sería diferente”.
Y en un país agropecuario como Argentina ¿por qué cuesta tanto? “Para eso se necesita un marco institucional, normativo, que es lo que nos falta; cualquiera sea, que perdure equis cantidad de años de forma tal que uno pueda hacer una inversión, teniendo un horizonte de recupero y de cierta certeza de que mañana llega alguien que prohíba exportar o importar”.
Mientras Uruguay, Chile, Brasil o Paraguay están aumentando su participación en el comercio mundial, “el único de la región que retrocede es Argentina; entonces el problema es de Argentina”. Porque “estamos en el mismo mundo” con China, EE.UU. o UE -como grandes mercados- y “a unos les va bien y a unos pocos les va mal, entre esos pocos está la Argentina; creo que estamos haciendo una mala lectura de cómo funciona el mundo y de cómo aprovechar las oportunidades, que para el país son cada vez mayores”.
Al respecto, Vilella subrayó que “la transformación, la generación de trabajo en el conjunto de los territorios de Argentina están muy vinculados a la bioeconomía”, mientras en el mundo esperan estos productos, que además en el país “se hacen con la menor huella ambiental” como necesitan y reclaman los mercados.
“La gran ventaja es que sólo depende de nosotros; y la desventaja, es que sólo depende de nosotros”, afirmó.
Testimonios: Campolitoral.