El actual coordinador de la Comisión de Ciencia y Tecnología del Frente de Todos, Fernando Peirano, ofreció una entrevista Radio Caput, en la que se refirió a la situación en la que quedó el sistema científico con el paso de Cambiemos. Además evaluó iniciativas para después de diciembre si Alberto y Cristina Fernández llegan al gobierno en diciembre.
“Con la elección del 11 de agosto quedó claro que los argentinos quieren cambiar el rumbo, decidieron ir en una dirección que no es a contramano del desarrollo”, aseguró Peirano, quien además afirmó que “hay que hacer efectivo un sistema de ciencia y tecnología integrado al proceso de desarrollo”.
Peirano dijo que “la comunidad científica y tecnológica ha madurado mucho en cuanto a su rol, hay cada vez menos reivindicaciones corporativas o sectoriales, porque las necesidades son muchísimas después de estos años de Macri.
¿En qué condiciones queda el sistema de ciencia y tecnología tras el paso de Cambiemos?
Macri ha dejado un sistema de ciencia seriamente golpeado, con un 40% menos de recursos respecto del primer día que asumió; con una debilidad en sus instituciones porque todos los órganos colegiados han funcionado de manera deficiente, no han tenido la representatividad que debían durante estos años, pero también porque hay leyes que no se han cumplido; pero también golpeado en lo simbólico porque es un gobierno que ha destratado a los investigadores, que ha descartado la idea de tener tecnología argentina. Eso configura un horizonte muy negro y que ha motivado un escenario de fuga de cerebros, porque se ha perdido mucha gente en los institutos. Es más, la demanda de las becas mismas está cayendo como consecuencia de los bajos salarios y las bajas oportunidades.
¿Qué medidas imaginás para que el sistema científico recupere la iniciativa después de diciembre?
Para revertir esto hay que pensar el orden inverso. Por eso la primera definición es política y simbólica. Es tener un Presidente como Alberto Fernández, quien claramente se comprometió con la ciencia y la tecnología argentinas, para dar vuelta definitivamente esta página que ha dejado Macri para el sector. Pero después pensar en dos momentos, uno de recuperación del sistema al que hoy le faltan 500 millones de dólares. Es decir que hay que volver a poner ese monto para que el sistema vuelva a funcionar en plenitud porque hoy los institutos están teniendo problemas para pagar los servicios básicos y los investigadores están poniendo plata de su bolsillo para tener sus propios equipos. Al mismo tiempo tenemos que discutir como sentamos las bases, no solo de rumbo sino de método, para tener un sistema de ciencia y tecnología que esté más involucrado en resolver los ‘cuellos de botella’ que tiene el desarrollo de Argentina.
¿Que habría que cambiar de manera sistemática para que los avances en ciencia y tecnología se consoliden y no puedan ser desarmados en caso de un cambio de signo político?
Las políticas de Estado, las que trascienden a un Gobierno, tienen que asentarse en una idea, en una comunidad que las defienda, y no en un nombre propio. Así como la educación pública es una convicción de la sociedad argentina, así como cualquier dirigente político, sindical, empresarial que se atreva a cruzar ese límite y atentar contra la idea del acceso gratuito a la universidad, o la educación en general, sabe que la sociedad a partir de ese momento le va a dar la espalda, tenemos que trabajar para que la ciencia y la tecnología sean comprendidas como herramientas de ascenso social y solución de nuestros problemas. Por otro lado, hay que invertir mucho mas en la evaluación para guiar la evolución de un sistema, porque en diez años de ministerio hemos perdido creatividad e ideas. Hay cosas que el mundo está haciendo que no hemos incorporado, como por ejemplo trabajar en base a misiones, “las mission oriented policies” que complementen al sistema que tenemos en Argentina, que es netamente “ofertista”, donde hay una agencia que abre ventanillas en función de una serie de instrumentos y eso implica que viene el investigador o el empresario con una idea, que el Estado la evalúa y financia si le parece correcto. Este otro modelo, el de las misiones, representa ya el 40% de los fondos de promoción de la innovación en Europa, que implica que el Estado define un problema, un desafío, y estructura un trabajo entre el sector público y privado para resolverlo. Esto define nuevos roles, y genera una demanda más sofisticada que a veces no la puede generar la propia industria o el sector productivo, y genera aprendizajes, que te lleva a otro nivel. En el ámbito de la Salud, el Ambiente o la Energía tenemos oportunidades enormes de implementar esta forma de trabajo de misiones orientadas que podrían hacer que el Ministerio logre ser mas transversal y que logre involucrar presupuestos de otros ministerios, que es la mejor manera de hacer crecer la inversión pública en I+D.
Participaste en el asesoramiento al Proyecto de Financiamiento escalonado de de ciencia y tecnología. ¿Van a buscar una iniciativa similar a partir de diciembre?
Hay dos momentos, un trabajo de gestión mucho más ejecutivo, de emergencia, un shock, para volver a nutrir al sistema de los fondos que necesita para que los proyectos y el funcionamiento se vaya recuperando cuanto antes. Los sueldos se irán recuperando en función de la regla general que se aplique. Desde en el equipo técnico del Frente de Todos venimos discutiendo que mientras se ejecuta esta recuperación lo más aceleradamente posible, tenemos que discutir un proyecto de ley plurianual junto a la re jerarquización del nuevo ministerio. Tenemos que tener de nuevo un plan estratégico que nuclee a todas las áreas y las instituciones de ciencia y tecnología, y este presupuesto plurianual que defina la pendiente a partir del cual va a crecer los fondos una vez recuperado este 40% que nos quitó Macri en estos año. Tiene que haber una Ley del Investigador, que ponga un piso común de derechos y obligaciones para investigadores y tecnólogos. No tener esta mirada común de derechos y obligaciones también es un enorme obstáculo para la movilidad.
¿Es viable un convenio colectivo de trabajo para la actividad científica?
Si, cuando digo lo de la Ley me refiero a eso, pero no solamente a la relación salarial, sino también a pensar como va a ser la evaluación con una trayectoria de carrera que puede ir atravesando distintos ambitos e instituciones, sabiendo que la ciencia y la tecnología es hoy es más interdisciplinaria, más híbrida. Por lo que tenemos que adecuar la institucionalidad y la proyección de las carreras a esa lógica. Tener jerarquizado el ministerio le va a dar relevancia a estos debates.