El científico galardonado con el Premio Investigador de la Nación 2020, Fernando Andrade, que fue entregado por el presidente Alberto Fernádez y el ministro Roberto Salvarezza, la semana pasada, habló de la “intensificación sostenible”, la línea de trabajo que lo llevó a ser distinguido en esta edición de los premios Houssay, Houssay Trayectoria y Jorge Sábato.
Andrade es ingeniero agrónomo, investigador del INTA y el CONICET, PhD Iowa State University de Estados Unidos y se centró en el estudio de las bases ecofisiológicas determinantes del crecimiento y rendimiento de los cultivos en el campo argentino.
Su aporte está vinculado con el manejo de los cultivos extensivos, que impulsaron prácticas agrícolas alternativas al uso de modelos extractivos y generaron conocimiento sobre el funcionamiento de los cultivos en interacción con el ambiente.
El punto de partida del trabajo de Andrade es el sostenimiento de la oferta de alimentos a nivel mundial, por lo que su planteo se aleja de las iniciativas de la agroecología ya que busca intensificar la producción.
“La intensificación sostenible significa satisfacer futuras demandas, ahí Argentina tiene un rol fundamental porque es una de las zonas más ricas del mundo para producir alimentos, pero paralelamente tener la responsabilidad de que esa producción sea sostenible, en cuanto a cuidar los suelos, reducir el uso de productos de síntesis química, sustituírlos, en ese objetivo nos enfocamos”, explicó Andrade.
Desde ese punto de partida, el investigador sostiene que la intensificación no es incompatible con la protección ambiental aún aplicando “tecnologías duras” y agroquímicos: “Con procesos y conocimiento aumenta la productividad por adecuar el manejo de los cultivos a cada ambiente”, asegura.
“Hay que reducir el impacto ambiental de las actividades agrícolas”, dijo Andrade, y remarcó que “el gran desafío es intensificar la producción”. “Cada vez hay más conciencia que la intensificación es compatible con el cuidado ambiental, podemos satisfacer los requerimientos crecientes de alimentos del mundo y paralelamente mejorar el cuidado ambiental, pero esto requiere de mucho conocimiento y procesos en sinergia con las tecnologías de insumo, además de generar valor agregado y empleo”, dijo Andrade, en diálogo con Radio Colonia.
Dos visiones
El investigador e ingeniero agrónomo explicó que hoy en día existe “una visión más agroecológica que plantea cambios más rápidos y contundentes y está la visión de la intensificación sostenible que busca cambios más paulatinos a través del entendimiento”.
“Con procesos y conocimiento aumenta enormemente la productividad simplemente por adecuar las rotaciones y el manejo de los cultivos a cada ambiente particular dpmde estamos sembrando y cosechando”, dijo Andrade, y mencionó los casos de cultivos de cobertura, los doble cultivos y la agricultura por ambiente, que según el investigador, están aumentando.
Según Andrade “hay mucho espacio para aumentar la eficiencia de los cultivos y para reducir el impacto ambiental en sinergia con las tecnologías duras”.
El investigador sostuvo que “muchas veces se pone mucho énfasis en las tecnologías duras, pero si no está el conocimiento disciplinario de los mecanismos y procesos que gobiernan como los cultivos crecen, cómo es el ambiente, la biología de las plagas, poco provecho vamos a poder sacar de las tecnologías duras”.
“Creo que tanto la visión agroecológica como la de la intensificación sostenible no deben chocar, pero no hay que dejar de lado ninguna tecnología por emociones o creencias, hay que evaluar las tecnología con rigor científico”, dijo Andrade.
“Nuestro deseo es que el conocimiento sobre el proceso de los cultivos sea funcional a pequeños y medianos productores, que es aplicable en el caso de la agricultura familiar”, afirmó Andrade.
“El mismo concepto de la agricultura por ambiente es muy funcional, también para la agricultura familiar”, dijo Andrade, quien destacó la labor que realiza la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa, y agregó que “no veo incompatibilidad entre la agricultura familiar y la agricultura extensiva más industrial”.
Por último Andrade defendió el “modelo interactivo de innovación que implica la articulación estrecha entre investigación extensión y comunidad, con la importancia de tener solidez disciplinaria y la multidisciplinariedad porque los problemas que enfrentamos son complejos.