Periferia

13 de Junio de 2021

Diego Comerci: “El Estado tiene un rol central en las primeras fases del desarrollo tecnológico”

El investigador a cargo del desarrollo del test de detección molecular contra la Covid 19 de la UNSAM, evaluó la respuesta del sistema científico y académico en pandemia.

El avance de la pandemia de coronavirus puso a prueba al sistema científico y tecnológico de nuestro país que, en numerosos casos generó herramientas para combatir el aumento de los casos de contagio, evitar el colapso del sistema sanitario e impedir que crezca la ocupación de camas de terapias intensivas y los fallecimientos por la enfermedad.  

Una de las protagonistas en ese proceso fue la Universidad Nacional de San Martín (UNSaM) que, en articulación con otras instituciones como el CONICET, el Instituto Malbrán, la Fundación Leloir, la Universidad Nacional de Quilmes, la UBA o el  Instituto Milstein desarrolló al menos ocho innovaciones (algunas de ellas en proceso) para combatir el avance de los casos. 

El responsable de uno de esos desarrollos es el investigador del CONICET especializado en biología molecular y biotecnología, Diego Comerci, quien estuvo a cargo del Ela Chemstrip, el primero de los tests de detección molecular del SARS-Cov-2 que desarrolló el país con producción 100% argentina, junto a la UNQ y dos “spin offs” de base tecnológica.  

En diálogo con Gobierno de Científicos, por Radio Caput, Comerci destacó el rol innovador de la UNSAM, pero además destacó que “hay otras cosas que hace la universidad como prestar servicios de apoyo al diagnóstico Covid desde hace un año, haciendo unos dos mil análisis por mes”. 

No es magia

“Para que todos los grupos de investigación hayan podido desarrollar todo lo que hizo UNSAM contra el Covid en Argentina eso no se dio por la genialidad de los que estamos ahí, ni por nada mágico, es por 30 años de formación” y manifestó que “desde el primer momento, en 1992, cuando se creó, la UNSAM quiso ser una universidad de investigación y que apuntara a temas estratégicos para el país, y uno de ellos es la biotecnología, y le dio lugar a la investigación y la formación de recursos humanos que es lo que empezamos a hacer hace 30 años, investigación de excelencia y formación de recursos humanos”. 

Comerci es investigador del Instituto de Investigaciones Biotecnólógicas y explicó que “hace 20 años un grupo de biotecnólogos y biólogos moleculares que surgimos de ahí decidimos dar un paso más y crear incubadoras de empresas y había que llevar todo ese know how de conocimiento generado al sector productivo, no sólo para hacer diagnósticos, vacunas y fármacos, sino también para canalizar recursos humanos hacia el sector productivo”. 

El investigador de la Universidad Nacional de San Martín detalló el proceso innovador que llevó a crear unidades de vinculación tecnológica que le dio “roce” con demandas del sector productivo.  

Comerci destacó, en tal sentido, la Fundación Argentina de Nanotecnología (FAN), que tiene la función de vincular el sector científico y productivo en el área de Nano, localizada en el Campus Miguelete, la cual fue coordinada por Laura Toledo, actual directora del Fondo Argentino Sectorial, en el Ministerio de Ciencia.  

“Todo eso fue generando una masa crítica con la que tuvimos la posibilidad para mostrar su potencial en marzo del año pasado cuando salimos rápidamente a desarrollar el test molecular rápido, y producirlo, con Chemtest”, dijo Comerci, y destacó todos los emprendimientos que surgieron desde la UNSAM, entre ellos el de Inmunova, incubada en la FAN, el grupo de Juliana Cassataro. 

“Una universidad de investigación como la UNSAM tiene el objetivo que lo que se enseña no sea sólo en las aulas, sino en los laboratorios”, dijo Diego Comerci, y sostuvo que “queremos que los protagonistas que crean el conocimiento, que crean el artefacto tecnológico o la innovación en sus laboratorios sean los que lleven la experiencia a los alumnos en los laboratorios, y eso hace que formemos otro tipo de compromiso en los estudiantes, porque los estamos formando con un perfil de investigador y tecnólogos”. 

Colaboración público-privada

Por otra parte, el investigador de la UNSAM aseguró que “haber apostado a institutos de investigación de excelencia, que son generadores de proyectos nacionales e internacionales como el IIB, el Instituto de Nanosistemas, el Instituto de Ingeniería Ambiental la convierten en una universidad muy moderna, a la vez muy compenetrada con el territorio en el que está instalada”. 

“Hoy estamos produciendo cien mil tests por mes, son tests moleculares de amplificación isotérmica, desarrollado 100% en Argentina, y eso implica que todo el complejo de enzimas y de polimerasas que se usan para hacer la amplificación del material genético del virus es un desarrollo de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y de la empresa Productos Biológicos con la que nos asociamos desde UNSAM y desde Chemtest”, explicó Comerci, quien agregó que “desde la UNSAM aportamos todo el desarrollo de las tiras rápidas de detección para detectar los genes del virus”. 

“Esto es un ejemplo del potencial de asociatividad, de excelencia y de productividad que tiene el sector público y el privado y que la mejor manera es ponerlos a trabajar en forma cooperativa, no enfrentarlos”, dijo Comerci y aseguró que “el sector de investigación y desarrollo, donde el componente más fuerte es el público, al menos hoy en Argentina, es el que salió a dar respuestas a las carencias que se venían por la pandemia y la crisis económica”. 

“Uno de los desarrollos que fue el del laboratorio de Fernán Aguero para modificar genéticamente las enzimas, las polimerasas que se usan para los tests de PCR, que evita importarlas, y eso fue desarrollado en la UNSAM y transferido a la empresa INBIO Highway, una empresa de producción de insumos para biología molecular con base en Tandil, con capitales 100% nacionales como Inmunova, Chemtest o Productos Biológicos, todas PyMEs EBTs de alta tecnología que se nutrieron de estos desarrollos”, enumeró Comerci.  

“El camino es empezar a usar el potencial de recursos humanos instalados que tenemos hace décadas y ponerlos a trabajar codo a codo y de forma colaborativa con el sector privado”, dijo Comerci, y agregó que “es el sector privado el que estaba requiriendo innovación que se la dio el sector público”. 

“Hay tecnologías que tienen un umbral bajo de inversión en infraestructura y recursos, con un retorno mucho más rápido”, dijo Comerci, ejemplificando con el caso del Software, y dijo que en biotecnología, fármacos, salud, “la formación de recursos humanos lleva mucho más tiempo y la capacidad instalada que tenés que tener es muy superior”. 

Por eso, destacó que “los tiempos y los retornos son más largos por lo que el rol del Estado es central porque es el único capaz de hacer una inversión a tan largo plazo, con cierto nivel de incertidumbre sobre el retorno, pero el privado también tiene que invertir, aunque sea en otra fase del desarrollo”, y agregó que “en biotecnología el Estado juega un rol central en las primeras fases de desarrollo tecnológico, que son las de mayor incertidumbre, cuando se llega a cierto nivel de desarrollo es el sector privado el que entra con una inversión tal vez más fuerte, pero con menos riesgo”. 

Diego Comerci le contó a Gobierno de Científicos que para la post-pandemia “estamos trabajando en otro tipo de tests que son los tests de antígenos y que están dando muy bueno resultado que son tests simples de usar pero con mucha complejidad en el proceso de su desarrollo y en expandir testeos para todo tipo de enfermedades y otro tipo de aplicaciones incluso agropecuarias” y contó que con su equipo de investigación avanzan en brucelosis, con el desarrollo de una vacuna que mejoraría la vacuna existente de la brucelosis de rumiantes, una enfermedad que afecta a animales y que se transmite a los hombres y que baja los niveles de productividad. 

“No hay buenas vacunas para estos animales que son los que sostienen la economía de subsistencia en el mundo, y que tienen unos 500 millones de ganaderos de este tipo”, dijo Comerci, y contó que el año pasado se pudo concluir una prueba en un laboratorio de bioseguridad que tiene el SENASA para hacer experimentos de vacunas de animales grandes y que es el único laboratorio de este tipo en América Latina. 

“No somos un país de cuarta”, dijo Comerci, y concluyó que “cuando ponemos a trabajar lo público y lo privado de forma colaborativa logramos cosas maravillosas”. 

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