Arnaldo Visintín, Doctor en Ciencias Químicas, e investigador del CONICET y la Universidad Nacional de La Plata, en el Instituto de Investigaciones Físicas, Teóricas y Aplicadas (INIFTA), habló sobre las posibilidades para el desarrollo tecnológico que abre una potencial industrialización del litio nuestro país.
“Hay que buscar alternativas sobre la energía que usamos, pero también debemos abrir una oportunidad para cambiar la paradoja en la que estamos, en la que tenemos gran capacidad humana, gran capacidad de riquezas en materias primas utilizándolas de forma inteligente”, dijo el investigador,
“Estamos en un país agrícolo-ganadero donde tenés que producir tres toneladas de soja para comprar un i-phone, por lo que evidentemente hay que mejorar ese sistema para tener un futuro mejor mediante la tecnología”, aseguró Visintín, y afirmó que “el científico en nuestros países ve la necesidad de apoyar a la sociedad”.
Hoy, en investigación sobre litio trabajan unos ciento cincuenta investigadores del CONICET, pero las demandas son que esa investigación se integre con un plan que los oriente. “No hay en toda Latinoamérica tantos investigadores trabajando en litio, como acá en Argentina”, dijo Visintín.
Hoy, la investigación en litio, en Argentina se desarrolla desde Jujuy y Catamarca con investigación en laboratorios de baterías de litio, armado de baterías, y de hidrógeno, hasta Córdoba tiene grupos que investigan en litio, así como Buenos Aires, La Plata y Bahía Blanca.
Sin embargo, una de las cuestiones que se acentúan es cómo se traslada ese conocimiento a desarrollos tecnológicos y a la deriva en un proceso de industrialización del mineral, que son procesos diferentes.
Visintín aseguró, en este sentido, que “el tema de litio empezó en Argentina en ciencia y técnica, pero muchas veces es al revés, la tecnología va primero y ahí se acopla el investigador”, y agregó que “todavía no se ha tomado conciencia de la importancia del litio, pero va a ocurrir”.
El investigador del INIFTA sostuvo que “la ciencia es importante pero el científico tiene que mirar también de qué manera puede utilizar los conocimientos para mejorar las condiciones de vida de la sociedad”.
Visintín destacó el potencial valor agregado que puede generar la industrialización del litio: “el hidróxido de litio que se va a producir tiene un valor agregado, ya no sería soja”, dijo, y sostuvo “técnicamente estamos en condiciones de industrializar el mineral, científicamente ya demostramos que si lo estamos”.
El investigador destacó a Y-TEC, la empresa de base tecnológica de YPF y el CONICET que podría materializar el conocimiento existente sobre el mineral, en un desarrollo tecnológico. Visintín se refirió, en particular, a la planta de celdas de litio que la empresa está construyendo en La Plata.
“Creo que Y-TEC es un organismo intermedio entre la ciencia y la tecnología que puede canalizar los conocimientos científicos en una planta piloto para producir baterías” y contó que ya existe una planta piloto donde Argentina produjo las primeras celdas de baterías de litio.
“Las baterías son un montón de celdas juntas, ensamblar celdas se hace en Argentina, lo está haciendo un conjunto de tres o cuatro empresas, es rentable, y casi compite con las asiáticas”, explicó Visintín, y sostuvo que “nosotros podemos hacer celdas, y es lo que hace Y-TEC, con materiales activos, con el litio de las provincias del NOA, es decir que toda la gama de la producción de las celdas se hará en Argentina”.
Sin embargo, el investigador, destacó que “eso es una planta piloto, se va a poder hacer celdas de 10, 20 o 30KW, pero de ahí a competir con Asia es otro tema, porque tiene costos muy baratos sobre celdas”.
“Yo creo que a partir de tecnología ya desarrollada debemos mejorarla, pero no dejar de hacer las celdas, para que el litio no tenga que ir de Jujuy a China y de China volver en forma de celdas”, dijo Visintín y explicó que los autos eléctricos desarrollados en Argentina no son con materiales hechos en el país. “No son autos eléctricos, compran sets de baterías en Asia, ya hechas, las baterías las hacen afuera y las ensamblan a motores eléctricos que si se hacen acá y arman los autos”, dijo el investigador, y concluyó que “Las plantas prototipo que se están haciendo en Y-TEC se podría multiplicar por varias veces con empresas como INVAP” y destacó que “debemos hacer baterías para ciertos nichos”, entre los que se encuentra la industria satelital.
Por último, aseguró que “Bolivia no tiene la capacidad científica de Argentina, pero tienen un muy buen plan para desarrollar baterías”, por lo que concluyó que “deberíamos asociarnos con ellos porque invirtieron 9 mil millones de dólares en hacer los componentes desde el salar hasta el auto eléctrico, pasando por todas las etapas y hacen los componentes de la batería, el aluminio, el cobre que en América Latina está en todos lados como materia prima, yo los copiaría”.